La gasolina se encamina a los dos euros

La ayuda para el carburante de los transportistas bajó el domingo de 10 a cinco céntimos u Facua defiende poner un precio de referencia, como el tope del gas

Sara Ledo

El tramo final del año amenaza con curvas. La ayuda de 10 céntimos el litro de carburante para los transportistas descendió a cinco céntimos el pasado domingo en medio de la espiral alcista de precios de la gasolina y el diésel. Tras 12 semanas de subidas, el combustible se dirige hacia el umbral psicológico de los dos euros. La gasolina se vende de media en España a 1,76 euros el litro (un 10% más que a principios de julio), mientras el diésel se sitúa en 1,68 euros por litro (un 17% más), según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, publicado el pasado jueves. Y su impacto sobre el resto de actividades productivas amenaza con mantener la presión sobre la inflación, que cerró septiembre con un repunte del 3,5%.

El motivo del alza acumulada de las últimas semanas se encuentra en la reducción de la oferta y el auge de la demanda, según fuentes de la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP), que agrupa a las grandes petroleras españolas. En el primer caso, por la decisión del cártel de países productores de esta materia prima (OPEP) de mantener el recorte de su producción (unos 3,6 millones de barriles al día) hasta principios de 2024, a la que en septiembre se sumó la decisión de Arabia Saudí y Rusia de continuar con su recorte adicional de 1,3 millones de barriles.

Más demanda

En el segundo caso, por el crecimiento de la demanda mundial de petróleo, que alcanzó un récord de 103 millones de barriles al día en junio por la recuperación de los viajes en avión durante el verano, el mayor uso de petróleo en la generación eléctrica y el crecimiento de China, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que ya entonces anticipaba que “en agosto se podría registrar otro pico”.

Entre ambos han llevado al precio de la cotización del petróleo —el barril de brent, que es el de referencia en Europa— a rozar los 100 dólares y todo hace prever que pueda «continuar la tendencia alcista», según explica en una nota el analista del banco de inversión Nomura, Shinichi Yamazak. En su análisis, el banco japonés advierte de la previsión de que “la demanda de productos petrolíferos aumente de cara al invierno” por la bajada de las temperaturas, lo que seguiría presionando al equilibrio entre oferta y demanda durante los próximos meses ante las limitaciones de producción anunciadas.

El precio del petróleo afecta a la cotización internacional del diésel y la gasolina, que supone entre el 40% y el 50% del precio final de los carburantes. A esas tasas hay que sumar los márgenes de la distribución y los impuestos (IVA e Impuesto Especial de Hidrocarburos).

Ambos combustibles alcanzaron su precio máximo en julio de 2022, tras el inicio de la guerra de Ucrania, pero entonces el impacto en el bolsillo de los consumidores era inferior por la bonificación generalizada de 20 céntimos el litro. Ahora, solo los transportistas cuentan con algún tipo de subvención, después de que en julio el Gobierno ampliase durante seis meses más la ayuda pero en dos fases y modificando la cuantía. En una primera fase, que terminó este sábado 30 de septiembre, el descuento sería de 10 céntimos, mientras que a partir de hoy y hasta final de año es de solo cinco céntimos. La Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) reclama al Gobierno que lleva semanas pidiendo al Ministerio de Transportes recuperar la cantidad inicial de 20 céntimos, sin ninguna novedad.

El secretario general de Facua, Rubén Sánchez, va más allá y defiende el establecimiento de un precio de referencia —algo similar al tope al gas que se puso en la generación eléctrica— pero en el precio de venta del carburante para “acabar con los abusos del sector”porque, a su juicio, en el mercado español “no hay competencia, sino unos precios infladísimos”

La Asociación Nacional de Estaciones de Serviciocomparte esa visión de “limitada competencia” en la venta al por menor de carburante provocada por el famoso efecto cohete y efecto pluma, según el cual los carburantes suben rápidamente cuando el crudo sube, pero cuando baja el reflejo en la gasolina y el diésel es siempre mucho más lento.

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