La compra de aceite de oliva, fruta y verdura cae más del 10% en Galicia por la inflación

El gasto de los hogares de la comunidad en alimentación crece en más de 1,1 millones de euros al día pese al freno del consumo y la búsqueda de ofertas para paliar el alza del IPC

La estantería de los aceites en un supermercado.

La estantería de los aceites en un supermercado. / JORDI OTIX

Julio Pérez

Como el petróleo, el gas o los metales, los grandes grupos de alimentos cotizan también en los mercados internacionales en función de la evolución de la oferta, la demanda, las reservas existentes y la previsión a futuro por los vaivenes de la meteorología. Ahora mismo, por ejemplo, la incertidumbre sobre los efectos del fenómeno de El Niño en el sector lácteo en Oceanía ha provocado “un aumento repentino” de la demanda de importaciones para suministros a corto y largo plazo y un encarecimiento del 2,2% de los productos, especialmente de la leche en polvo, según el balance con la evolución de los precios en octubre que acaba de publicar la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (la FAO, por sus siglas en inglés). Es el único alimento de referencia en el mundo que escapa de la moderación. El indicador general de la FAO —que, además de la leche, mide el comportamiento de los cereales, el aceite, el azúcar y la carne— arroja un descenso del 0,5% en los precios el mes pasado y acumula una caída de casi el 11% respecto a los niveles de hace un año. A pesar del recorte, los alimentos se mueven todavía un 20% por encima de los valores que marcaron entre 2015 y 2020.

La compra de aceite de oliva, fruta y verdura cae más del 10% en Galicia por la inflación

La compra de aceite de oliva, fruta y verdura cae más del 10% en Galicia por la inflación / LOC

La compraventa de alimentos como materias primas para la industria transformadora es solo un eslabón en la cadena de costes en el sector que nace en las explotaciones agrícolas y ganaderas y llega hasta el consumidor. En ese último tramo, el incremento del precio final para los hogares de Galicia saltó la barrera del 10% en mayo de 2022 y en los meses iniciales de este ejercicio superó el 16%. En septiembre, según los últimos datos disponibles, la inflación de la cesta de la compra en la comunidad se situó en el 10,6%. El avance del IPC del conjunto del Estado en octubre confirma la desaceleración. No es que los alimentos y las bebidas no alcohólicas no sigan encareciéndose, sino que lo hacen menos que el año pasado.

Para esquivar el golpe en el bolsillo, las familias gallegas están cambiando su rutina a la hora de ir al supermercado. Se compra menos. El consumo entre enero y agosto rondó las 1,079 millones de toneladas tras un recorte del 0,6% (6.700 toneladas de diferencia) en comparación con el mismo periodo de 2022. Coincidiendo con el pico de la inflación en los alimentos en el arranque de este año, hubo meses de desplome del consumo per cápita. En febrero se pasó de 46,2 kilos por persona el ejercicio pasado a unos 42,8, un recorte del 7,4%. Muy similar al registrado en agosto: 7% de merma.

El hachazo afecta especialmente a los artículos de mayor coste y a aquellos que más se encarecieron en este largo episodio inflacionista, mientras que los productos refugio —como la pasta y las legumbres, más baratos y duraderos— mantienen el tipo. Una de cada cuatro familias en la región, además, echa mano de ofertas y marcas blancas para aligerar la factura. Pero, incluso así, comprando menos y aprovechando descuentos, el gasto se disparó el 10%, en algo más de 1,1 millones al día, según el balance que acaba de publicar el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Por el espectacular ascenso de sus precios, todas las miradas están puestas sobre el aceite. En los ocho primeros meses del año, el consumo de los hogares de Galicia avanzó únicamente el 0,5% y el desembolso, en cambio, creció el 16,5%. Hay matices. La estocada de la demanda se concentra en el aceite de oliva, un 10% menos en la comunidad, mientras que la de aceite de girasol rebota un 26%. El otro producto que revienta la inflación es el azúcar. El gasto en Galicia se disparó el 53%, a pesar de que el consumo bajó el 6,3%.

Considerados dos alimentos fundamentales para una buena dieta, ni fruta fresca, ni las verduras se libran del difícil equilibrio contable de los consumidores gallegos con recortes del 14,3% y el 11,5%, respectivamente, en la demanda. También son más caros. De ahí que el desembolso merme mucho menos: 8,9% y 2,4%. El gasto en huevos aumenta prácticamente el doble (23,7%) que la cantidad comprada (12,5%). En el caso de la carne es el triple: 5% más de consumo y 14,8% de gasto. El suministro de lecha disminuyó hasta agosto el 5,7%, pero el coste se elevó el 17%. Baja con fuerza la demanda de cerveza (22%), zumos (21%), patatas (11%) y conservas (5%). La de pescado aumenta apenas el 1,8%.

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