La pesca pierde 630 empleos en cinco años por el abandono en FP y la fuga a otros sectores

El trasvase de profesionales beneficia a la Marina Mercante, que de 2018 a 2022 registró más de 550 nuevas incorporaciones

Cepesca pide ampliar la oferta formativa del gremio

Buques de pesca en la dársena coruñesa de Oza.

Buques de pesca en la dársena coruñesa de Oza. / Víctor Echave

Jorge Garnelo

La sangría de empleos que salpica al sector pesquero no es nada nuevo. Uno de cada tres profesionales que trabajan en alta mar tiene entre 50 y 59 años —la edad media del colectivo continúa creciendo—, pero el problema real no reside en que haya veteranos, es que no hay jóvenes. Preocupa la falta de relevo, como evidente es que se ha pronunciado, disparado, pese a la palpable merma de la flota española. Y es que hay menos buques que antaño, sí, pero también muchas menos personas que quieren enrolarse en estos, salir a faenar. La actividad extractiva no resulta atractiva para los benjamines, para quienes un buen salario es insuficiente en un oficio de largas mareas y carácter duro, temporales y labores principalmente físicas. De ahí que la pesca haya perdido centenares de puestos en los últimos cinco años: casi 630 de 2018 a 2022, según la información más actualizada del Instituto Social de la Marina (ISM).

La situación, de la que ya han informado en múltiples ocasiones las asociaciones del gremio, ha vuelto a ser expuesta públicamente por la Confederación Española de Pesca (Cepesca). Al envejecimiento y la ausencia de interés por parte de la mayoría de estudiantes, la patronal suma como “causas directas” de las tensiones productivas del sector “la alta tasa de abandono en Formación Profesional (FP)” y que “gran parte de los titulados en enseñanzas náutico-pesqueras opta por trabajar en sectores distintos a la pesca”.

“Sirvan de ejemplo los 1.725 titulados de puente y de máquinas salidos de las escuelas náutico-pesqueras gallegas en el último decenio. Hubieran podido enrolarse y dotar de mandos a unos 575 barcos pesqueros gallegos de litoral, altura y gran altura, pero en su mayoría han optado por dirigirse a la Marina Mercante, el turismo y otros sectores distintos a la pesca”, incide la entidad en un comunicado remitido a los medios recientemente, en el que insta a revertir este panorama para garantizar un futuro en estos momentos incierto.

Lo cierto es que, como se desprende de las cifras del ISM, el número de trabajadores por cuenta ajena afiliados en el Régimen Especial de Seguridad Social de los Trabajadores del Mar ha venido reduciéndose progresivamente en la pesca desde 2018, cuando había 6.957. De estos pasaron a los 6.871 de 2019, los 6.645 de 2020, los 6.562 de 2021 y los 6.400 de 2022. Por la contra, la Marina Mercante ha ganado más de 550 empleos en este campo durante el mismo periodo, pasando de los 14.581 de 2018 a los 15.208 de 2022.

Ya de por sí, estos últimos profesionales suponen más del doble que los que aglutina la pesca, y dan cuenta del trasvase de mano de obra del primer al segundo sector. No obstante, la problemática de la fuga cobra más fuerza para Galicia cuando se analiza al detalle uno y otro sector, pues mientras en el caso de la Marina Mercante —en crecimiento— solo supone el 8,2% de los empleos del país, en el caso de la pesca —en contracción— representa el 55,7%. En otras palabras, hay muchas papeletas para que los empleos de pesca que se pierden sean gallegos, y pocas para ganar en Marina Mercante.

En este sentido, Vigo se posiciona como la dirección provincial que más trabajadores por cuenta ajena de pesca alberga del país (2.207), seguida, por orden, por Bizkaia (1.035), Vilagarcía de Arousa (623), A Coruña (412), Cartagena (323) y Lugo (321). En el polo opuesto, Madrid (2.626), Las Palmas (2.436), Tenerife (1.575), Alicante (1.266), Valencia (1.120) y Barcelona (1.092) son las direcciones provinciales que más trabajadores por cuenta ajena de Marina Mercante mantienen.

Ante esta situación, Cepesca alerta de que la inexistencia de una tasa de reposición y el “envejecimiento acelerado” de la pesca pueden “enterrar” muchos de sus objetivos de futuro, llamando a ampliar la oferta formativa del sector en las comunidades. “Es preciso que el Gobierno y las administraciones públicas sean conscientes de la amenaza que representa el envejecimiento de nuestro sector para su supervivencia y la modernización de nuestro país. Por ello, los animamos a trabajar conjuntamente con los armadores, las escuelas náutico-pesqueras y los agentes sociales para impulsar el relevo generacional y que ni un solo barco deba permanecer amarrado por falta de tripulación”, manifiesta por su parte en el comunicado su secretario general, Javier Garat Pérez.

Suscríbete para seguir leyendo