El juguete certifica un cierre de año en negativo tras retroceder las ventas en plena campaña

Miguel Vilaplana

Tenía muchas esperanzas depositadas la industria juguetera en la recta final de la campaña para recuperar las ventas perdidas a lo largo del ejercicio, pero no ha sido posible. Y es que la actividad comercial en las últimas semanas del año no ha tenido el dinamismo esperado, hasta el punto de experimentar un retroceso con relación a lo sucedido en 2022. De tal forma que se han cumplido los peores pronósticos, y la caída del mercado nacional ha sido finalmente del 3,8% en valor y del 5,2% en unidades. Factores como el menor poder adquisitivo de las familias y la baja natalidad se esconden detrás de este cierre en negativo.

Después de unos años que han venido marcados por la pandemia, el colapso de las cadenas de suministro, el incremento de los costes y el sobreaprovisionamiento de las tiendas, 2023 tampoco ha sido el año de la recuperación para el sector juguetero. Factores como la inflación generalizada que se registra a nivel internacional, en un ambiente de incertidumbre por los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza, han tenido un impacto directo sobre las ventas, debido, en gran parte, a la menor renta disponible por parte de las familia. La baja natalidad, un fenómeno que se viene arrastrando ya desde hace tiempo, tampoco ha contribuido a mejorar la situación.

Todo esto se ha estado viendo a lo largo del año que acaba de terminar, en que la actividad comercial ha venido estando de forma permanente por debajo de la que se alcanzó el ejercicio anterior. El sector, sin embargo, confiaba en recuperar terreno en la campaña navideña, teniendo en cuenta que el periodo comprendido entre octubre y diciembre representa el 60% del total de las ventas anuales. Pero ni por esas.

Según la información facilitada por Circana, compañía especializada en el análisis del comportamiento de los consumidores, tan solo la semana de Navidad transcurrió en positivo. El resto, incluida la de Reyes, las ventas estuvieron por debajo de las de la campaña pasada. Todo ello ha traído consigo que, en el cómputo anual, se haya experimentado un retroceso del 3,8% en valor económico, lo que supone alrededor de 40 millones menos sobre los 1.000 que suelen ser habituales. También en unidades ha habido un descenso, concretamente del 5,2%, de manera que se han dejado de vender casi 3 millones de artículos, dejando un balance aproximado de 57 millones.

Con estos resultados en el mercado nacional, el sector está ahora a la espera de conocer el resultado final de las exportaciones, que también han tenido un comportamiento negativo a lo largo de todo el año. Pese a todo, el director general de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), José Antonio Pastor, confía en que no se produzca un impacto mucho mayor en las previsiones que se venían manejando en cuanto a facturación, teniendo en cuenta, subraya, que “antes de que llegara la recta final de la campaña, las empresas ya habían servido los pedidos. Lo único que no se habrán producido son repeticiones”. Así las cosas, las cuentas de la patronal apuntan a una bajada del volumen de negocio de alrededor de un 3%, por lo que se situaría alrededor de los 1.600 millones de euros.