Galicia encadena tres años en los que gana población trabajadora o en busca de empleo

Los activos superan por fin los niveles prepandemia tras un incremento de 10.600 a lo largo de 2023 gracias al impulso entre los de 20 y 34 años y, sobre todo, los extranjeros

Una mujer en una oficina de empleo

Una mujer en una oficina de empleo / Carlos Luján

Julio Pérez

Hace más de 30 años que Galicia no tiene un saldo vegetativo positivo. El de 2022 fue el peor de la historia. Los nacimientos volvieron a caer casi un 2%, hasta los 14.496, y murieron cerca de 30.000 residentes, un 6,5% más que el ejercicio anterior, según el balance definitivo que acaba de publicar el Instituto Galego de Estatística (IGE). El avance de datos de los dos primeros trimestres de 2023 muestra exactamente la misma tendencia: 16.634 fallecimientos y 6.745 bebés. El invierno demográfico ensombrece el relevo social en la comunidad, plantea muchos desafíos para sostener el estado de bienestar y contagia al mercado laboral. Los cuatro territorios más envejecidos del país, incluida Galicia, son los únicos que a estas alturas todavía no lograron batir los récords de afiliación de 2007 y 2008. Aquí faltan unas 19.000 altas a la Seguridad Social para igualar los niveles previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. Asturias necesita 27.400; otros 22.700 en Castilla y León; y 649 en Cantabria. Por esa misma razón la población trabajadora o en búsqueda de una oportunidad cayó tanto en los últimos años en Galicia. Son los activos. Un colectivo fundamental para garantizar la actividad a futuro. Como está sucediendo en la ocupación, la llegada de migrantes es ahora mismo la tabla de salvación, junto con aquellos que perdieron la esperanza de lograr un puesto y lo intentan de nuevo, atraídos por la buena racha del empleo.

El volumen de activos en Galicia tocó suelo en 2020. Se juntó la propia evolución de la pirámide demográfica con la crisis del COVID-19. Rondaron de media los 1,22 millones. La rápida recuperación del mercado laboral animó también a los que le dieron la espalda. En 2021 aumentaron en 7.300 y en 12.200 en 2022. A lo largo del pasado año el incremento fue de 10.600, como refleja la actualización de la Encuesta de Población Activa (EPA) del IGE y su homólogo estatal, el INE, hasta alcanzar los 1,251 millones. Por fin se supera la cifra anterior a la pandemia. Desde 2016 no era tan elevada.

El ascenso es muy relevante porque, además, afecta a edades en las que Galicia es claramente deficitaria. Crecieron un 11% los activos entre los 20 y los 24 años con 5.400 más; entre los 25 y los 29 años la subida fue de 2.100; y 1.000 en los de 30 a 34 años. No sucede en la franja de población que va de los 35 a los 44 años, donde merman en 13.700. Los de 45 a 49 años sumaron 3.000; los de 50 a 54 se redujeron en 1.700; y, siguiendo la tendencia de la ocupación y de la población en general, Galicia tiene 15.400 activos más de 55 años en adelante que en 2022, tras alzas del 8,5% en el caso de los situados entre los 60 y los 64 años y del 11% en los mayores de 65 años.

La mejora permite a Galicia arañar tres décimas al alza en la tasa de actividad, que se coloca en el 53,2%. ¿Qué porcentaje de habitantes en cada grupo de edad participa en el mercado laboral o aspira a hacerlo? El 82% entre los jóvenes que ya han finalizado su formación, de los 25 a los 29 años; en los de 30 a 39 años se supera el 88%; y alcanza el 90% en los de 40 a 44 años. Llama la atención el salto en los de 60 a 64 años, que pasan de una tasa de actividad en el 2022 del 50,6% al 54,4%. La de las mujeres llega por primera vez al 49,5% después de incorporar 6.200 activas, frente a los 4.400 en hombres, que tienen una tasa de actividad 7,7 puntos superior (57,2%).

Si los extranjeros supusieron la mitad de todos los nuevos ocupados que ganó Galicia en 2023, en la población activa son casi protagonistas absolutos: 10.200 más, alcanzando un récord de 88.900. Los activos españoles o de doble nacionalidad avanzaron en únicamente 400. La mayoría de los gallegos que trabajan o están en disposición de hacerlo tienen estudios superiores (45%), a pesar de la reducción de 7.100 en el último año. Los que alcanzaron la segunda etapa de educación secundaria se elevaron en 15.300 y subieron también en 6.200 los activos que pasaron únicamente por estudios primarios.

Hostelería y educación se anotan los mayores incrementos de población activa, ambos con subidas del 10% y 8.300 y 8.000 nuevos, respectivamente. Crece con fuerza en el sector primario: 3.900. En actividades sanitarias y servicios sociales, en cambio, disminuyen en 4.300; y en 8.200 entre los parados que llevan más de un año sin trabajar.

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