La subida de tipos y los mayores requisitos hunden un 22% las hipotecas en Galicia

Es la segunda mayor caída del país | Se firmaron 12.300 en 2023 | Las cancelaciones tocan máximos en 13 años por la amortización anticipada | Las ventas bajaron el 12%

Un joven mira la oferta de pisos en una inmobiliaria.

Un joven mira la oferta de pisos en una inmobiliaria. / Iago López

Julio Pérez

En el pico inicial de la transmisión del coronavirus que obligó al confinamiento domiciliario y la hibernación de la economía salvo para los sectores estrictamente esenciales durante la segunda quincena de marzo y todo abril en 2020, los pagos con tarjeta llegaron a estar un 60% por debajo de los niveles habituales en Galicia. Había muchísima incertidumbre y era casi imposible comprar. Seis de cada diez establecimientos en la comunidad estaban cerrados. La Fase 0 con los primeros paseos por la calle a principios de mayo y la reapertura parcial del comercio y la hostelería normalizaron las operaciones, muy cerca ya de los datos prepandemia. Un patrón que se repitió a lo largo de la crisis sanitaria. La curva del consumo siguió la trayectoria inversa a los contagios. Con dos excepciones: el llamado “efecto acopio” con incrementos disparados en alimentación y farmacia justo antes de la declaración del primer estado de alarma y el “efecto piscinas”, acuñado por el Observatorio Abanca by Ieside en su barómetro del gasto para explicar que el desembolso en productos de bricolaje y el hogar se duplicase desde la desescalada.

El COVID provocó una sacudida en las prioridades de la sociedad, entre ellas el papel de la vivienda en el bienestar de las familias. Solo el 30% de los hogares gallegos estaba muy satisfecho con el tamaño o el número de habitaciones para sobrellevar el encierro y el 35% consideraba muy buena la disponibilidad de luz natural, según el análisis elaborado por el Instituto Galego de Estatística (IGE) sobre el impacto de la pandemia en la situación económica, en el trabajo y en las relaciones familiares y sociales de los hogares, que sí se quejaron de la falta de espacios exteriores como patios o jardines: uno de cada cuatro describió su realidad de mala o muy mala.

Entre el apetito por mejorar y el ahorro acumulado por el freno del consumo durante tantos meses y la preservación de las rentas gracias a los ERTE y el resto de prestaciones públicas, el mercado inmobiliario entró en la “nueva normalidad” con el pie en el acelerador. Las compraventas de viviendas en la comunidad encadenaron 25 meses de subidas. Lo mismo que las hipotecas, a pesar de que también los precios se subieron al carro del bum con encarecimientos sin tregua. Hasta que el giro de la política fiscal por parte del Banco Central Europeo con alzas de los tipos de interés y un pico del 4,5% que no se veía desde hace 20 años para combatir la inflación pincharon el buen momento.

En 2023 se vendieron 19.149 viviendas después de una caída anual del 12,4%. Lo peor se nota en las operaciones de financiación. En diciembre mermaron otro 14,6% en Galicia (917 préstamos) y el 2023 se cerró con un desplome del 22%, el segundo mayor recorte del país únicamente por detrás de La Rioja (36,1% menos), según el balance publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El total de créditos aprobados rondó los 17.000, un 24% por debajo de 2022. En el caso de los destinados para la compra de un piso o una casa, fueron 12.336, cerca de 3.500 menos que el año anterior (15.802). La cifra es inferior también a la de 2021: 14.447. El capital prestado alcanzó los 1.415 millones de euros tras una merma del 23,1%.

La firma de hipotecas bajó el 17,8% en el conjunto del país. Los menores descensos se registraron en Canarias (9,9%), Castilla-La Mancha (9,9%) y Navarra (12%). “La evolución restrictiva de la oferta de crédito en la financiación a las familias para consumo y otros fines respondería al aumento de los riesgos percibidos por las entidades financieras y, en menor medida, a aspectos relacionados con el capital bancario y su coste”, destaca el Banco de España en su radiografía de la evolución de los préstamos en la recta final de 2023. “Por su parte, las condiciones generales aplicadas a los nuevos préstamos se habrían seguido endureciendo de forma generalizada, aunque con una intensidad menor que la registrada tres meses antes —añade—. En particular, se habría observado un ligero aumento de los márgenes en los segmentos de financiación a empresas y a hogares para adquisición de vivienda”.

Huyendo de la escalada del euríbor y aprovechando ese ahorro embalsado, parte de las familias gallegas optaron por la amortización anticipada. De ahí que las cancelaciones de hipotecas aumentasen un 23%, hasta las 16.800, la cifra más elevada en 13 años, superando incluso a las nuevas formalizaciones.

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