Nvidia se convierte en la cuarta firma de mayor valor mundial por el tirón de los chips para IA

La cotización del fabricante de EEUU se disparó un 244% el último año

C. Plana Bou

El mayor beneficiado del frenesí de la inteligencia artificial (IA) no es ni Microsoft, ni Google, sino Nvidia. La empresa estadounidense, especializada en el diseño de chips de última generación, acaba de convertirse en la cuarta de la historia a nivel mundial que alcanza una valoración superior a los dos billones de dólares. Sí, con b.

La corporación liderada por Jensen Huang salió a bolsa hace 24 años, pero no ha sido hasta el pasado viernes que ha roto la barrera para convertirse en la cuarta compañía más valiosa del planeta. Su capitalización bursátil, de 2,04 billones de dólares, la sitúan solo por detrás de Microsoft, Apple y el gigante petrolero Saudi Aramco. El pasado 14 de abril logró superar a Amazon por primera vez desde el año 2002, hace ya 24 años, y poco después adelantó a Meta, la propietaria de Facebook.

El hito de Nvidia no se explica sin la fiebre de inversiones que ha propulsado la IA. Desde el lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022, la industria tecnológica mundial se ha entregado a las promesas de esta tecnología. Gigantes como Microsoft, Google o Meta han puesto miles de millones de dólares sobre la mesa para integrarla en sus servicios y para tratar de liderar este emergente mercado.

Sin embargo, sus aspiraciones dependen de Nvidia. La firma estadounidense de software se han especializado en diseñar microchips de alta computación, circuitos microscópicos con una potencia y capacidad mastodóntica para procesar cálculos complejos. Estos dispositivos son indispensables para las aplicaciones de IA y de aprendizaje automático, pues operan como su cerebro. El chip H100 de Nvidia es el favorito de la industria y ninguna otra empresa ha sido capaz de replicarlo con éxito.

Todo eso ha situado a Nvidia en una posición privilegiada. El aumento de la demanda se ha traducido en nuevos y jugosos contratos para la compañía. Así, el frenesí desatado en Silicon Valley se ha traducido en un meteórico ascenso de sus acciones, que se han disparado un 244,62% en el último año y más de un 69% desde que empezó 2024. Ninguna otra compañía está creciendo a ese ritmo.

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