Los alquileres de más de 700 euros se dispararon un 50% en Galicia en 2023

El Gobierno abordará el próximo mes de marzo la revisión de la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana pendiente desde la pasada legislatura. Los cambios buscan dar “estabilidad, certeza y seguridad jurídica al desarrollo urbanístico”, según avanzó la ministra de Vivienda y Agenda Urbana ante los problemas que se están encontrando muchas administraciones con la anulación de los instrumentos de planeamiento. Isabel Rodríguez alerta de que la construcción en España va a menor velocidad que la creación de hogares y el principal objetivo de su departamento es que cualquier ciudadano pueda acceder a un inmueble sin que el coste supere el 30% de los ingresos, el umbral que los expertos marcan para hablar ya de sobreesfuerzo.

En esa misma línea va el índice de precios de alquiler para la declaración de zonas tensionadas. Es cuestión de días que vea la luz “sí o sí”, aseguró la ministra durante su intervención en un coloquio el jueves, para que esté operativo en marzo. Lo estrenará Cataluña. Después del rotundo rechazo inicial a hacerlo en Galicia, la Xunta reculó y, a través de las enmiendas de los populares a la ley de acompañamiento de los presupuestos autonómicos para 2024, allanó el camino a su regulación.

Evolución del precio del alquiler en Galicia

El precio medio de los arrendamientos en la comunidad ascendió a 508,7 euros en enero, como recoge el último balance publicado por el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS), tras un incremento del 8% en comparación con el arranque de 2023. No parece que los alquileres vayan a dar una tregua al bolsillo. Con este, ya van nueve años consecutivos de encarecimientos y la subidas son cada vez más intensas. El coste medio en el conjunto del ejercicio pasado rondó los 511 euros, un 7,6% más. El alza en 2022 fue del 5,6%; un 2,70% en 2021; prácticamente un 4% en 2020; el 4,8% en 2019; el 4,6% en 2018; el 3,3% en 2017; y el 2,6% en 2016. Para encontrar una merma de precios de los arrendamientos en Galicia hay que retroceder hasta 2015: 0,4% de caída. Desde que empezó el bum de los alquileres en volumen y precios, la mensualidad media aumentó el 40,9%, según los datos de la propia Xunta. Casi 150 euros por encima de 2015 (363,1 euros).

En ese momento, los contratos de entre 300 y 400 euros eran claramente mayoría, cerca del 40% del total. Los de 200 a 300 euros rondaban el 31%. Ahora concentran el 23,4% y el 8,6% de los alquileres firmados. Uno de cada cuatro, en cambio, se sitúa entre los 400 y los 500 euros. Los de 500 a 600 euros está a punto de alcanzar el 20%. Los de 600 a 700 euros al mes representan el 10%; el 5,7% va de los 700 a los 800 euros; y los de 800 euros en adelante rozan el 6%, frente al 0,8% de 2015, cuando eran poco más de 200. Solo en el último año, los arrendamientos que obligan a desembolsar más de 700 euros al mes se dispararon un 50% en Galicia. Pasaron de 2.634 en 2022 a 3.951 en 2023. Los inferiores a 400 euros siguen la tendencia contraria: 11.589, un 22% menos que el ejercicio anterior (14.700).

Por primera vez la Xunta detalla, además, la cuantía por metro cuadrado. En 2023 llegó a 5,50 euros por metro cuadrado después de un incremento del 10% en los dos últimos años. Se rubricaron 34.476 contratos, rompiendo la racha alcista del mercado en alquiler desde 2014, con la única excepción del freno en 2020 por la pandemia. Incluso así el arrendamiento se mantiene como primera opción en el acceso a la vivienda frente a las hipotecas. Por cada nueva compraventa registrada en 2023 en la comunidad, se formalizaron 1,8 contratos de alquiler.

La subida de precios en las siete ciudades más pobladas de Galicia se movió entre el 7,4% de A Coruña, la ciudad más cara (618,7 euros de media), y el 9,3% de Santiago de Compostela (565,7 euros). El alquiler en Vigo rebotó un 8,8%, hasta los 611,2 euros. En Pontevedra medró el 7,8% (581,4 euros); el 7,6% en Ourense (479,1 euros); el 8,4% en Lugo (468,5 euros); y el 8,8% en Ferrol (436,2 euros).

A partir de sus propios datos de las fianzas, el IGVS admite que 68 concellos podrían declararse zonas tensionadas en 2022. El 20% de los municipios gallegos. Y no es un problema en exclusivo de los de mayor tamaño. Entre aquellos donde existe un mercado dinámico a partir del número de fianzas depositadas (más de 100 por año), destacan, por ejemplo, Salvaterra de Miño, donde los alquileres se encarecieron un 27,3% entre 2018 y 2022. En Oroso subieron el 27%; un 26,7% en Soutomaior; el 26,5% en Baiona; el 24,6% en Sarria; el 23,5% en Teo; el 23,3% en O Porriño; el 23% en Miño; el 22,4% en Salceda de Caselas; el 22% en Monforte de Lemos; el 21,4% en Oleiros; el 21,4% también en Caldas de Reis; el 21,3% en Ames; y el 21,2% en Poio.

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