El Banco Central Europeo mantiene los tipos, pero apunta a junio para comenzar a bajarlos

Anuncia que ha empezado a discutir la rebaja del precio del dinero | Reduce su previsión de inflación al 2,3% este año

Christine Lagarde, presidenta del BCE, ayer, en Fráncfort.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, ayer, en Fráncfort. / Bloomberg

Pablo Allendesalazar

Nuevo paso del Banco Central Europeo (BCE) en su lento camino hacia la primera bajada de los tipos oficiales desde que estalló la crisis inflacionaria hace dos años. Como se esperaba, la autoridad monetaria decidió ayer mantener el precio del dinero en la zona euro al elevado nivel en que lo situó hace seis meses. Sin embargo, su consejo de gobierno “ha empezado a discutir (oficialmente) la retirada del carácter restrictivo” de la política monetaria. Así lo admitió por primera vez su presidenta, Christine Lagarde, quien —sin decirlo directamente— apuntó que el primer recorte de tipos desde septiembre de 2019 podría darse el próximo mes de junio, tal y como esperan muchos analistas.

“Estamos en este proceso desinflacionario y estamos logrando buenos avances hacia nuestra meta de inflación (2% a medio plazo)”, expuso Lagarde en su comparecencia. “Como resultado, tenemos más confianza pero no la suficiente. Necesitamos más datos y sabemos que llegarán en los próximos meses. Sabremos un poco más en abril, pero sabremos mucho más en junio. Y es importante, porque dependemos de los datos”, dijo la alta funcionaria francesa.

Es más, Lagarde subrayó que entre sus consejeros hubo un “amplio acuerdo general” en que en junio contarán con “mucha más información”, lo que parece apuntar a una postura de compromiso entre los partidarios de una política monetaria más dura (conocidos como halcones, en la jerga de los bancos centrales) y los que defienden una más suave (palomas).

El nivel más alto

Hasta entonces, eso sí, todo hace indicar que el tipo principal del BCE seguirá en el 4,5% (el nivel más alto desde mayo de 2001), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) se quedará en su máximo histórico del 4%.

Además, otro factor que apunta a que el recorte de tipos está cada vez más cerca es la revisión trimestral de las previsiones macroeconómicas que realiza el banco central del euro. Sus economistas, así, prevén ahora que el IPC se situará de media en el 2,3% en 2024, el 2% en 2025 y el 1,9% en 2026, frente al 2,7%, 2,1% y 1,9% que calcularon en diciembre. También ha rebajado sus estimaciones sobre la inflación subyacente (la que excluye los más volátiles precios de la energía y los alimentos) hasta una media del 2,6%, el 2,1% y el 2%, frente al 2,7%, 2,3% y 2,1% anteriores.

La rebaja cobra especial relevancia después de que en febrero tanto la inflación general (2,6%) como la subyacente (3,1%) se redujeran menos de lo anticipado por los analistas (2,5% y 3,1%). Además, el BCE espera ahora un menor crecimiento económico de la zona euro este año (0,6% frente al 0,8% de diciembre), mientras que mantienen sus previsiones para 2025 (1,5%) y lo ha revisado una décima al alza para el ejercicio de 2026 (1,6%). Este escenario de menor inflación y menor crecimiento a corto plazo, de cumplirse, da margen a la institución para comenzar a suavizar la política monetaria.

Interés sobre el impuesto a la banca española

Reunión de alto nivel entre las autoridades bancarias europeas y los bancos españoles en Madrid. Como suele ser habitual una vez al año, los presidentes del Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), la alemana Claudia Buch, y el autónomo Mecanismo Único de Resolución, el francés Dominique Laboureix, mantuvieron un encuentro a puerta cerrada el pasado miércoles con los consejeros delegados de los principales bancos españoles y con representantes de sus patronales (AEB y CECA) en la sede del Banco de España. Uno de los asuntos incluidos en la agenda de la reunión, como un punto específico, fue el impuesto a la banca impulsado por el Gobierno, según ha podido confirmar este diario. El Ejecutivo de Pedro Sánchez, precisamente, está estudiando ahora cómo hacerlo permanente. El gravamen aportó a las arcas públicas 1.214 millones de euros en 2023 y previsiblemente la recaudación este ejercicio será mayor, dada la mejora de los ingresos del sector. En noviembre de 2022, el BCE emitió una opinión no vinculante en la que cuestionó el impuesto poco antes de que lo aprobase el Congreso de los Diputados, como ha hecho posteriormente con los tributos planteados por otros países de la zona euro. Pese a ello, el Gobierno y el Parlamento siguieron adelante. Y a pesar de que en principio iba a estar en vigor solo dos años, el PSOE y Sumar pactaron en su acuerdo de coalición “readaptarlo y mantenerlo”.

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