La moda gallega pierde una tienda al día por la venta ‘online’ de las firmas textiles

Autónomos afirman que ciertos fabricantes usan los comercios de ropa como probadores mientras venden sus productos más baratos vía web | Hay 380 negocios menos en 2023

La moda gallega pierde una tienda al día por la venta ‘online’ de las firmas textiles

La moda gallega pierde una tienda al día por la venta ‘online’ de las firmas textiles / J. Garnelo / P. Clemente

J. Garnelo / P. Clemente

La pandemia del coronavirus, primero, y posteriormente la guerra de Ucrania, se han encargado de desvestir al pequeño comercio de España y Galicia a lo largo de estos últimos años. Son miles y miles de autónomos los que han tenido que lidiar con un sinfín de problemas, desde la paralización de su actividad por el confinamiento hasta la insufrible alza de tipos que tanto ha complicado el acceso a la financiación de estos negocios, bajo una tormenta perfecta en la que también se han conjugado incrementos de costes energéticos y logísticos, alquileres o materias primas. ¿El resultado? Un aumento en los precios de sus productos finales que las tiendas, entre ellas las de ropa y calzado, se han visto obligadas a realizar para no trabajar en pérdidas, lo que a su vez ha derivado en una importante reducción de la demanda en medio de un escenario de inflación en el que todo ha subido menos el poder adquisitivo.

Partiendo de este panorama de tensión es más fácil entender lo que ha ocurrido con los establecimientos que se dedican a la venta de moda en la comunidad autónoma. Solo en 2023, según las cifras proporcionadas por la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), el territorio gallego ha perdido 380 puntos físicos: uno al día. Según su presidente, el gallego Eduardo Abad, una de las principales causas de este detrimento es la “competencia desleal” que están ejerciendo ciertos fabricantes, que aprovechan los locales donde colocan sus marcas como “probadores”. En paralelo a esta vía, “ofrecen los mismos productos más baratos en sus webs”, lo que hace que parte de los clientes se decanten por esta segunda opción —una vez han visto en persona la prenda, la han probado y conocen su talla— a la hora de comprar.

“Hay un conjunto de empresas que lo único que miran es su cuenta de resultados y les da igual cómo los consigan”, indica el representante de los trabajadores por cuenta propia. Se refiere a firmas textiles que carecen de instalaciones propias y distribuyen sus referencias en tiendas que aglutinan multitud de colecciones. “Esto está generando toda clase de perjuicios a nivel económico y medioambiental”, manifiesta, remarcando que la venta online es menos “sostenible” que la presencial y afecta al comercio local: “Uno de los empleadores que mejores condiciones ofrece a los trabajadores”.

Según los cálculos de UPTA, en Galicia existen en estos momentos cerca de 45.000 autónomos vinculados al comercio, de los que un 40% están ligados al ámbito de la moda. A lo largo del pasado ejercicio, la provincia que más negocios de este tipo perdió fue Pontevedra (-151), seguida por A Coruña (135 menos), Ourense (-57) y Lugo (37 menos). Durante el primer trimestre de 2024, como se desprende de los datos más actualizados por la entidad, en la comunidad autónoma han desaparecido otros 70.

Según indica Abad, las tiendas de ropa y calzado evitan denunciar esta situación ante posibles represalias por parte de los fabricantes con los que colaboran. “Temen consecuencias contra ellos, como puede ser el hecho de tener menos facilidades para conseguir ropa de temporada o que vean rebajada la cantidad de stock que les llega de los productos más vendidos”, subraya. De igual modo, insiste en la necesidad de hacer autocrítica y trabajar en colaboración con las Administraciones para que los puntos físicos sean más “competitivos” a través de la digitalización y la formación.

Según los datos publicados por la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) en su informe El Comercio Textil en Cifras 2023, el territorio gallego solo acapara el 5,1% de los ingresos del sector de la moda a nivel nacional, por detrás de Madrid (17,4%), Cataluña (16,3%), Andalucía (15,1%), Valencia (11,2%), País Vasco (6,1%) y Castilla y León (5,5%). Asimismo, cada habitante gallego gastó de media 284,9 euros en textil, por debajo de los 309,5 de la media estatal. A los problemas denunciados por UPTA para el pequeño comercio de la ropa y el calzado se suma —como también denuncia la entidad— la liberalización de las rebajas, que dejaron de acotarse para determinados momentos del año con la entrada en vigor del Real Decreto-ley 20/2012, por medio del cual “vivimos en un estado permanente de descuentos”.

Un 30% menos en España que antes del COVID

En ningún momento de este siglo XXI ha habido tan poco comercio dedicado a la moda como ahora. Y, lo que es peor, la cifra no para de caer. Así lo muestra la última actualización de la radiografía que publica anualmente Acotex, que concluye, entre otras cosas, que el sector está lejos de remontar de las heridas provocadas por la pandemia del coronavirus. Si en 2019 había 61.891 comercios abiertos dedicados al textil en España, ahora, con datos de 2023, esta organización tiene identificados 43.879, una caída del 29%. Esto supone, además, que el país cuenta con un centenar menos de puntos de venta que en 2022, cuarto año consecutivo que la curva va a la baja tras el drástico recorte de casi 15.000 negocios que propició la crisis sanitaria. Hay que tener en cuenta que, según los planes de expansión de las grandes compañías del sector como Inditex o Mango, la estrategia pasa hoy en día más por tiendas de mayor dimensión y mejor situadas, que por las aperturas indiscriminadas. De todos modos, son varias las empresas que, pese a haber nacido con vocación online y haberse popularizado entre los más jóvenes gracias a sus estrategias en redes sociales, han abierto puntos de venta en los últimos años. Si, incluso así, la cifra total va a la baja, es fácil deducir que mucho pequeño comercio baja su persiana. Este informe incluye otros datos que refuerzan esta tesis pesimista. Por ejemplo, que el número de personas que trabajan en establecimientos textiles crece solo un 0,8% de un año a otro y aún está lejos de las cifras de 2019 (casi 166.800 ahora, 199.100 antes). O que la facturación de este conjunto de locales apenas supera la barrera de los 11.000 millones, de nuevo un ligero avance respecto a 2022 (+3,4%), pero no lo suficiente como para recortar los 7.000 millones que hay de distancia con lo que movía este sector antes de la pandemia.

digital vs físico

1 Impacto económico y medioambiental

Los autónomos señalan que la venta online es menos “sostenible” que la física y perjudica al comercio local, con empleo “de calidad”.

2 Necesidad de ser más “competitivos”

Aun así, hacen autocrítica e insisten en la necesidad de que los establecimientos sean más “competitivos” a través de la digitalización y la formación.

3 Temor a hablar por rebajas de pedidos

Eduardo Abad, presidente de UPTA, asegura que los comercios no denuncian esta situación por miedo a que los fabricantes recorten su stock.

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