Pilar Fernández - TRABAJADORA DOMÉSTICA

“La familia para la que trabajo me debe dos meses de sueldo”

Pese a liderar la contratación indefinida en Galicia durante el 2023, lo cierto es que el empleo doméstico todavía se encuentra lastrado por la precariedad y la economía sumergida, dos problemas que se añaden a la falta de convenio colectivo. Pilar Fernández, nombre ficticio para preservar su identidad, es de Santiago y tiene 58 años. Desde hace ocho ejerce como empleada del hogar. “Antes tenía una empresa con mi exmarido, pero nos divorciamos y decidí meterme en esto”, indica. Pilar confiesa que los inicios en el sector no fueron nada fáciles. “Empecé a trabajar como limpiadora en una casa. Me pagaban cinco euros la hora y estaba sin contrato. Era muy precario”, lamenta la compostelana, que señala que la situación no se prolongó demasiado. “Duré tan solo dos años”, comenta. Después de su periplo en la limpieza de hogares, Pilar decidió probar suerte en lo que ahora es su especialidad: el cuidado de personas mayores. “Llevo seis años dedicándome a ello”, asegura la santiaguesa, que actualmente se encuentra ocupada en este ámbito cuidando de un anciano. “Me contrató una familia hace unos meses”, indica. Y es que, a diferencia de su etapa como limpiadora, ahora Pilar cuenta con un contrato, pero no el que corresponde a su labor. “Estoy dada de alta como trabajadora doméstica, pero las responsabilidades que implica el cuidado de un mayor son muy superiores. Debemos tener un estatus diferenciado”, asevera la trabajadora, que, además, denuncia que tiene nóminas pendientes de cobro. “La familia que me contrató todavía no me pagó dos meses de trabajo. Alegan problemas económicos y me pidieron tiempo”, lamenta.

Suscríbete para seguir leyendo