Altia supera el 27% de mujeres en su plantilla, casi el doble que la media del sector TIC

El sector TIC es masculino. Según la Comisión Europea, solo el 17% de los puestos en empresas europeas de la industria tecnológica están ocupados por mujeres. El camino para llegar a la igualdad es largo, pero se están dando los pasos con el objetivo de que la brecha cada vez sea más pequeña.

Una de las compañías que más está avanzando en este apartado es la coruñesa Altia. El 27% de sus trabajadores son ya mujeres, casi el doble que la media a nivel europeo. “Sabemos que el sector en el que opera Altia es un sector donde es muy superior el porcentaje de hombres que de mujeres, pero la labor de la organización en este campo es trabajar firmemente por la igualdad”, reconoce en su Memoria de Sostenibilidad del año pasado que acaba de publicar. Al cierre de 2023 contaba con una plantilla de 3.570 personas, de las que 2.603 eran hombres y 967, mujeres.

Durante el pasado ejercicio, Altia aprobó el II Plan de Igualdad, centrado en el apoyo a la igualdad de oportunidades y la no discriminación. Este plan está sometido a un proceso de mejora continua. Su seguimiento se realiza desde la comisión de Igualdad, integrada por representantes de la empresa y de los trabajadores.

Igualdad

En este campo, uno de los objetivos de la tecnológica coruñesa es asegurar la participación plena de la mujer en igualdad de oportunidades. “Tenemos un compromiso firme que se rige por la premisa de que el talento y la preparación de las personas es lo único decisivo en los criterios de selección y promoción de las personas que forman parte de nuestros equipos de profesionales”, asegura.

También colabora con distintas iniciativas sociales de fomento desde edades tempranas de vocaciones Steam (Science, Technology, Engineering, Arts & Mathematics). En español, Steam se traduce por Ctiam por las siglas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas. Estas iniciativas buscan fomentar e impulsar el acceso igualitario de hombres y mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.

Otra de las preocupaciones de Altia es la escasez de perfiles tecnológicos. La creciente demanda de este tipo de trabajadores para cualquier negocio o actividad está complicando el acceso al talento en un sector como el de la firma coruñesa en el que este aspecto es crítico, ya que el principal activo de la compañía, explica el grupo en su memoria, “reside en la alta cualificación técnica y profesional de las personas que lo integran”. “Una inadecuada gestión del talento (captación, retención, políticas retributivas, desconexión digital, plan de carrera, beneficios sociales, planes de compensación, etc.) podría suponer que el grupo no disponga de los profesionales adecuados para la consecución de sus objetivos”, alerta.

Por ello, la empresa “está prestando especial atención a esta cuestión, apostando de una manera decidida por mantener el talento tecnológico del que dispone, aunque eso suponga una cierta reducción en sus márgenes en el corto plazo”.

El grupo, explica la compañía, tiene en marcha una serie de políticas e iniciativas con el objetivo de poder acceder a ese talento de una manera diferencial a la de sus competidores, “y es que sólo con prácticas mejores que las de la competencia se podrá tener éxito en el reto decisivo de captar y retener trabajadores con alta cualificación técnica”. En año pasado, 140 personas hicieron prácticas en la empresa y más de la mitad terminó en la plantilla.

Durante 2023, Altia empleó a 45 personas (35 hombres y 10 mujeres) con un grado de discapacidad igual o superior al 33%, con lo que aumentó el número con respecto a años anteriores (38 personas en 2022; 35 en 2021; 24 en 2020 y 20 en 2019).

Presencia en nueve países

En la Memoria de Sostenibilidad que acaba de hacer público, la compañía también destaca que ya tiene presencia en nueve países (España, Chile, Portugal, Andorra, Francia, Brasil, Países Bajos, Irlanda y Estados Unidos) y que da servicio a más de un millar de clientes. El 40% de su facturación ya llega de fuera de España. Del total de sus ingresos, el 47,5% son del sector público, y el 52,5%, del privado.

La cifra de negocio del año pasado alcanzó los 241 millones, un 44% más que en 2022. El beneficio neto fue de 15,4 millones, un 50,7% más. Tanto la facturación como las ganancias fueron las más altas de sus 30 años de historia.

Y en cuanto al futuro, tras las adquisiciones de Noesis en 2020 y de Bilbomática y Wairtub en 2022 (las tres por 42 millones), la compañía sigue “con vocación de incorporar al grupo empresas o negocios con buena base y que encajen en los planteamientos de Altia”.

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