Prevista la pérdida de concejales en la Corporación, el grupo municipal del BNG asimiló el único escaño que le otorgan las elecciones en los próximos cuatro años como un premio al trabajo realizado desde 2011 en la oposición. El Bloque continúa en María Pita "representando a todas As Coruñas" que ha defendido antes y durante la campaña. Y eso pesa, eso cuenta, eso importa.

Con este mensaje se manifestó ayer su candidato, Xosé Manuel Carril, ante un centenar de militantes y simpatizantes en la sede del BNG en la ronda de Outeiro. "No son buenos resultados", admitió. De cuatro concejales pasa a uno. Pero el cabeza de lista no pronunció ninguna lamentación, no mostró señales ni gestos de decepción porque su formación conserva su voz en el Ayuntamiento. "Hubo ansias de que el BNG desapareciera de la Corporación municipal, pero vamos a seguir estando en ella y siendo sinceros y éticos con nuestras posturas", insistió.

Cauto en su intervención, Carril prefirió dejar para otro momento su continuidad al frente del grupo municipal nacionalista. Si sigue lo haría por segunda vez. Si no, la número dos en la lista es María Xosé Bravo. Lo decidirán las asambleas abiertas del BNG. "Lo menos importante ahora es Xosé Manuel Carril Vázquez. Lo que está claro es que tenemos representante y vamos a poder seguir haciendo política. Lo demás lo decidirán los vecinos y vecinas que participen en las asambleas", comentó.

El único escaño con el que el BNG contará en los próximos cuatro años es un premio al que su candidato evitó añadir calificativos. "No tenemos miedo a perder votos por decir la verdad", sentenció antes de despedirse de los asistentes. El aval de esta nueva aunque reducida representación municipal es -reiteró Carril- la labor de su partido como grupo de la oposición. "Hemos sacado a relucir los grandes temas de la legislatura". Por eso el cabeza de lista nacionalista se atribuyó parte del mérito de que los coruñeses decidiesen ayer con sus votos que se produjese un cambio de orientación política en el Gobierno local. "Se ha producido un cambio al que el BNG ha contribuido en la oposición".

Centrado en su partido, Carril hizo alusiones mínimas a otras fuerzas políticas y tocó de refilón tanto el inesperado triunfo de Marea Atlántica como la imprevista caída de representación del Partido Popular, que gobernaba con catorce concejales. Felicitó a Xulio Ferreiro, líder de Marea, responsable, añadió, de que se ponga fin a "cuatro años de una mayoría que destrozó lo que hacía de A Coruña una ciudad gallega pública y de barrios".

La militancia del BNG que quiso compartir con sus candidatos la jornada electoral vivió con tranquilidad los recuentos, las primeras encuestas y los resultados en la ciudad y en otros municipios. Nadie parecía lamentar la pérdida de concejales en el Concello y celebraban la adquisición de escaños o la confirmación de apoyos en otros ayuntamientos.

A partir de las nueve de la noche empezaron a llegar simpatizantes a la sede nacionalista. Ya estaba Carril allí, animado y sonriente, muy pendiente de la evolución de los escrutinios ante un ordenador portátil. Animó a todos los presentes a acercarse a la gran mesa llena de pinchos. Atacaron la comida.

Tensión contenida, abrazos auténticos, familiaridad, fidelidad a unos ideales y mucha emoción durante la comparecencia del candidato, de nuevo sonriente. "Saúde, terra e mar", bramó Carril en el colofón. ¡BNG, BNG, BNG!, reaccionaron los presentes. Seguirán haciéndose escuchar en el Palacio de María Pita.