La conciencia política que nació en la Torre

Nereida Canosa, número 5 del PSOE e hija de farero, vivió durante más de diez años en el emblema de la ciudad

Nereida Canosa, ayer, en la Torre de Hércules.   | // VÍCTOR ECHAVE

Nereida Canosa, ayer, en la Torre de Hércules. | // VÍCTOR ECHAVE / Gemma Malvido

En la mesa de la cocina de Nereida Canosa, cuando ella era pequeña, se hablaba de política y, de fondo, se escuchaba el mar. Se escuchaba muy cerca, porque vivía en el faro de la Torre de Hércules. Su padre fue farero —junto a otros dos compañeros más— de la linterna romana en funcionamiento más antigua del mundo entre 1988 y 1996, así que, ella fue una de las vecinas que, aquella madrugada de diciembre de 1992, tuvo que ser evacuada hasta que se dispersase la nube negra con la que el accidente del Mar Egeo había encapotado Durmideiras.

“Me acuerdo de que, en el colegio, cuando me preguntaban dónde vivía, decía que en el faro de la Torre y era bastante increíble. Mis compañeros venían a casa, jugábamos por los túneles que iban hacia la Torre de Hércules, hacíamos competiciones para ver quién subía más rápido los más de 200 escalones que llevan a la óptica del faro... Con doce o trece años, con algunos amigos íbamos a ver la lluvia de estrellas desde la terraza de la Torre, eran momentos muy especiales, porque mi padre nos explicaba las constelaciones. Es un lugar privilegiado”, recuerda Canosa, que va ahora de número cinco en la lista del PSOE. Dice que sus valores y su conciencia social —que le llevaron a estudiar Terapia Ocupacional— empezaron a forjarse allí, en torno a aquella mesa de la cocina, en la que se sentaban los compañeros de su padre y sus familias y hablaban de política.

A pesar de que la Torre ya no es su hogar, siente “una conexión especial” con este lugar, ahora patrimonio de la humanidad. “El colectivo de fareros y fareras era muy pequeño pero su labor fue muy importante porque gracias a ellos y ellas, los marineros llegaban a sus casas para estar con sus familias y eso es fundamental”, reivindica Canosa, que asegura que, en su casa, “siempre se debatió” y se habló de la realidad de la ciudad, así que, con 18 años ya era normal verla en elecciones en el Ánxel Casal, echando una mano, y adentrándose en la política activa. Asegura que, cuando la alcaldesa, Inés Rey, le pidió que se integrase en su lista, aceptó porque era una manera más de poner en práctica los valores “progresistas y socialistas” que sus padres le habían inculcado desde muy pequeña, en el faro de la Torre.