Barrios de A Coruña en las prioridades de nadie

Sin alcantarillado, sin aceras, sin apenas alumbrado o sin señalización viaria: As Rañas o A Silva suman años tocando las puertas de los Gobiernos locales para exigir servicios básicos

Rosa Casas y Beatriz Gómez, vecinas de A Silva   | // VÍCTOR ECHAVE

Rosa Casas y Beatriz Gómez, vecinas de A Silva | // VÍCTOR ECHAVE / Marta Otero Mayán

“Llevamos pidiendo esto desde los tiempos de Paco Vázquez...”. En el barrio de A Silva, la zona más rural de O Ventorrillo, ponen a prueba los límites de la memoria cuando piensan en el tiempo que llevan pidiendo que se les tenga en cuenta como un barrio de pleno derecho. Los períodos preelectorales son un buen termómetro para medir las prioridades de las formaciones políticas. También son la única ventana de oportunidad que tienen los vecinos de algunas zonas de la ciudad para ver a algún político caminando por sus calles. A veces, incluso, alguno toma nota de sus demandas, que se han cansado de repetir ante los sucesivos concejales de Urbanismo, Medio Ambiente o Bienestar Social que han pasado por los ejecutivos municipales de todos los colores que han ocupado el sillón de María Pita. Ahí empieza su letanía. Alcantarillado, aceras, señalización, asfaltado. Fibra de internet, línea de bus. Servicios de los que en otras zonas de la ciudad sería impensable carecer en pleno año 2023, pero que ellos todavía pelean.

“Aquí necesitamos un proyecto integral, que empiece por atender necesidades acuciantes: limpieza de calles y maleza, lo primero. Las matas invaden los caminos, cada año son más estrechos. Como no hay limpieza, la porquería se oculta bajo la maleza. El 4G ni sabemos que es. Hay tramos sin alcantarillado”, enumeran Beatriz Gómez y Rosa Casas, que, a pesar de todos los años que llevan encontrándose con el mismo muro de silencio con distinto color, no han tirado la toalla con su barrio. Y cuando hablan de abandono, no exageran. Basta un paseo por entre las viviendas, cada vez más deterioradas, cada vez con menos inquilinos. “Es una zona envejecida. Los propios vecinos se ocupan de tener más o menos limpias, pero cada vez quedamos menos. A esta zona le vendría bien un proyecto de rehabilitación de estas casas, porque realmente es un lugar cómodo para vivir”, defiende Beatriz Gómez.

Mientras habla, pone el foco sobre otra de las necesidades de los vecinos de la zona. Se señala los pies: en el barrio de A Silva pisan tierra y asfalto, el segundo en un estado precario tras unos cuantos rebacheos cuestionables, pero no adoquín. Mientras en otros barrios la discusión es sobre el diseño del pavimento, en A Silva, pueden conformarse con no tener ese problema. “No hay una acera en todo el barrio. Caminamos por la vía pública, por la calzada. Los caminos, igual. Está muy bien inaugurar una obra, pero necesitan mantenimiento después, y pasan años y no se adecentan”, lamentan las vecinas.

Sin levantar la vista del suelo, aparece otra demanda, tan básica que sorprende que haya que pedirla: el alcantarillado, del que medio barrio todavía carece. Miden el tiempo en concejales de urbanismo: “Ya nos lo prometió en su día Mar Barcón —concejala con Javier Losada—, y hasta Villoslada no supimos nada (edil los dos primeros dos años con Inés Rey). Fue marchar Villoslada y quedó todo parado”, avisan. Los presupuestos municipales pasan de largo por A Silva, que hace años que no recibe inversiones. Una vez estuvo cerca, confiesan las residentes: “Tenemos la rehabilitación del lavadero presupuestada desde 2017 en los Orzamentos Participativos. No volvimos a saber nada. Sí hubo algún avance —ríen—, a Marea le pedimos unos 12 bancos. Nos pusieron 56. En A Silva tenemos más bancos que culos”.

La lista aumenta a medida que se avanza por el núcleo de viviendas, que acaban pasando a un segundo plano, desplazadas por otras más urgentes. Lindando con el núcleo de Cances, ya en el lugar de As Regas, se avista otra reivindicación que se suma a la lista de espera, en la que lleva, según recuerdan las vecinas, 30 años. Como mínimo: los eucaliptos. “Los vecinos llevan décadas pidiendo que se corten los eucaliptos que están frente a sus casas. Cualquier día arden y hay una desgracia”, alertan las residentes.

Un listado, tres mandatos

Lino Landeira, vecino de As Rañas, que un día fue una aldea y hoy es un barrio que podría encajar en la definición de “núcleo rurbano” , tan de moda hoy en los foros de Urbanismo, todavía recuerda los tiempos en los que el enclave no estaba partido en dos a consecuencia del paso de la tercera ronda. Las consecuencias de la irrupción del tráfico en las vidas de los vecinos se plasman en un listado compuesto por nueve puntos, que ya ha pasado por muchas manos, también de distintos colores, sin que en As Rañas se haya movido una piedra. “Le dimos la lista a Xulio Ferreiro antes de que fuese alcalde. Nunca más apareció. A Inés Rey le dimos la misma lista hace tres años. Solo se ha cumplido un punto: un cartel con el nombre del barrio en la entrada”, resume Landeira. El mismo listado ha ido a parar a manos del PP, el único partido que se ha acordado de As Rañas en esta campaña electoral. Y los vecinos ya imaginan quién será el siguiente en recibir la dichosa hoja.

Rosa Casas y Beatriz Gómez, vecinas de A Silva.   | // VÍCTOR ECHAVE

Lino Landeira, vecino de As Rañas. | // VÍCTOR ECHAVE / Marta Otero Mayán

“Se presume de centro comercial, pero solo hay que ver el estado de abandono de todo lo que hay alrededor. No hay una acera. Llevamos años pidiendo lo mismo: la acera, desde que se hizo la circunvalación, que fue con el PP. Alguna farola, alumbrado decente. Que se ocupen de la maleza, que invade la calzada”, protesta. El listado, a priori, no parece pedir imposibles: una línea de autobús, — “somos el único barrio que no tiene—”, espejos en las curvas para aumentar la seguridad, limpieza, reasfaltado de caminos, acondicionamiento de cunetas, aceras o un paso de cebra para un tramo “extremadamente peligroso”, el que conecta el barrio con el Marineda, que muchos vecinos emprenden sin más remedio al tratarse del supermercado más próximo.

El último punto es el que más sorprende por lo insólito de la petición: información, sobre cómo afectará a sus vidas el proyecto de la cuarta ronda. “Nos gustaría solicitar la mayor transparencia posible (...) ya que afecta directamente al barrio, y genera gran incertidumbre y preocupación entre vecinos y su futuro”, exponen, en la misiva. Los residentes, que se sienten excluidos de la planificación de la ciudad y de los desfiles de candidatos, ponen una frase a su descontento. “A As Rañas solo vienen cuando hay que expropiar”.