La época de vacas flacas para los ganaderos gallegos parece haber pasado, por lo menos de momento, debido al repunte de los precios de la leche hasta alcanzar cifras por encima de las registradas en 2008, lo que supone además un pequeño repunte continuado de la producción desde el pasado septiembre. Pese a este cambio, en el sector prefieren ser "cautos" para que no les ocurra como en el cuento de la lechera, cuya protagonista esperaba obtener de la venta de la leche que llevaba en un cántaro el dinero para comprar una vaca y un ternero pero no contaba con que el recipiente se rompiese.

El secretario xeral de Xóvenes Agricultores (XXAA), Francisco Bello, reconoce que existe una mejoría, aunque aclara que Galicia continúa por debajo de la media nacional en el nivel de producción. De hecho, hasta agosto los datos eran más bajos que el año pasado y hubo que esperar a septiembre a que subiese un 2,8% respecto a 2012. Y desde entonces la tendencia ha sido siempre al crecimiento. De continuar esta línea, Bello calcula que la producción podría crecer entre un 10% y un 15% hasta 2020.

El reparto de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) hasta ese año no afectaría a la estimación porque el sector lácteo ha sido considerado en Galicia como "un sector estratégico y vulnerable", por lo que se mantiene el nivel de pagos y cuando desaparezcan las cuotas en 2015, los ganaderos podrán seguir cobrando las ayudas, según señalan desde Xóvenes Agricultores. Galicia, y pasarán a recibir 47 millones de euros para este fin.

En esa estimación se tiene en cuenta que pese a que la situación del mercado sea favorable no es posible duplicar la producción en tiempo récord porque no hay territorio suficiente ni tanta oferta de ganado, aunque algunos -asegura- ya compren novillas en otras comunidades como Asturias.

Otra buena noticia para el campo gallego es la subida del precio de la leche. El sector cobró en noviembre -el último mes del que hay datos- 38,9 céntimos por cada litro, es decir, el más alto del último lustro y por encima de la media estatal que se queda en 38 céntimos.

En este momento de vacas gordas de duración incierta, los ganaderos tienen distintos puntos de vista para invertir el capital que ahora sí ingresan a diferencia de años anteriores en los que todo eran pérdidas y números rojos. Los sindicatos agrarios afirman que el 80% de los ganaderos están invirtiendo los excedentes de los últimos meses porque "aún tienen el miedo en el cuerpo y recuerdan lo mal que lo han pasado" y son conscientes de que no se puede tomar riesgos para el futuro sin tener el presente seguro. Y solo el 20% restante se aventura a realizar inversiones y aumentar sus explotaciones.

La mayoría "aprovechan para pagar las deudas pendientes si las tienen o para hacer caja", según explica el secretario de ganadería de Unións Agrarias (UUAA), Javier Iglesias, quien confía además en que no hagan grandes obras "salvo algunas puntuales y necesarias".

Sí hay quienes ven en este cambio de tendencia la oportunidad de reflotar su negocio -afirma el responsable de XXAA- sobre todo mediante la compra de más ganado, en ocasiones "llegando a duplicar el número de reses". Añade que conoce casos de pequeños empresarios que están dispuestos a asumir "nuevos retos" y diversificar su producción hacia el porcino o la avicultura en lugar de centrar todos los ingresos en invertir en vacuno. Para Bello se trata de una opción "responsable" porque no toda la producción dependería de las cuotas lácteas y habría menos riesgo.

Los sindicatos también detectan un repunte del interés por la compra de maquinaria y advierten de que ese afán por gastar "no es bueno" porque puede implicar que el sector vuelva a endeudarse si cada inversión no cuenta con "un plan de viabilidad" detrás. Alertan de que entrar en esa dinámica podría ser "un auténtico fracaso" y provocar un aumento en el cierre de explotaciones que desde 2010 se mantiene estable y ronda los 500 casos anuales. El campo se ha convertido en un refugio para los desempleados de otros sectores, lo que explica que se estanquen los cierres y las que desaparezcan sean por jubilaciones y falta de relevo generacional.

La crisis ha provocado que haya jóvenes que ante la escasez de oportunidades y a falta de otra alternativa se opten por trabajar a las explotaciones de sus familiares. "Nunca hubo tantos universitarios ordeñando vacas como ahora", afirma el secretario xeral de Xóvenes Agricultores. A pesar de la subida desde el inicio de la recesión, los sindicatos consideran que el repunte de jóvenes que decidieron tomar las riendas del rural no llega al 25%. Explican que esta tendencia no es fruto de la mejoría del sector lácteo sino solo al paro en otras áreas.