Antonio Sandoval Rey (A Coruña, 1967), ornitólogo, escritor y comunicador especializado en temas ambientales, impartió ayer en el centro Ágora una charla acerca del estado del ecosistema de la ría de O Burgo. La conferencia fue organizada por el Concello con motivo de la celebración del Día Internacional de los Humedales.

-¿Cuáles son las luces y las sombras de la ecología de la ría?

-Las sombras son que tiene un pasado triste, sobre todo desde la instalación, en sus orillas de la fábrica La Cros [antigua fábrica de abonos que operó en Culleredo entre 1929 y 1990]. Aquello supuso la contaminación del humedal. Posteriormente, se ocuparon sus orillas con paseos marítimos, que en aquel momento parecieron bien, pero que acabaron con toda la vegetación y los ecosistemas de marisma de las orillas. Los impactos fueron, fundamentalmente, en la segunda mitad del siglo XX.

-¿Qué se ha perdido con estas intervenciones del ser humano?

-Es difícil saberlo, en aquellos tiempos no había estudios sobre el ecosistema. Pero, hablando con las personas mayores, sabemos que el estuario del río Mero era muy rico en biodiversidad. Según algunos especialistas, las rías gallegas son uno de los lugares biológicamente más productivos del planeta. Y, con seguridad, lo son del continente. La ría de O Burgo es pequeña, pero tiene su importancia. Un ejemplo son las muchas familias que vivían del marisqueo y la pesca.

-¿Qué especies desaparecieron de la ría durante el siglo XX?

-No sabemos qué aves había antes en la ría pero la fábrica de La Cros fue un desastre, pasó a haber muy pocas. El principal dato de la bajada de la biodiversidad es la disminución en la cantidad de marisco que se recoge y el número de personas que se dedican a ello. Es un índice evidente. Ahora, las poblaciones de aves se han ido recuperando, y tenemos que ver también si el marisco puede ser una fuente de ingresos sostenible para las familias que viven de su recogida.

-¿Cuántas aves se ven ahora?

-Según los censos de la Xunta de aves acuáticas hibernantes, en enero hay en la ría una media de 44 especies. Desde que cerró La Cros y se han ido recuperando los hábitats, es uno de los mejores lugares de Galicia para la observación de aves. Este invierno tenemos hibernando aquí aves que vienen de Canadá, de Siberia, de otros lugares de Europa. En primavera y verano, pasan muchas especies de África en sus migraciones. La ría es un museo al aire libre de la ornitología.

-¿Qué ha ocurrido con la vegetación y los ecosistemas de ribera que existían en el estuario?

-Nos queda muy poquita. De las extensiones que existían antes, queda la propia desembocadura, y la parte más inmediata a Fonteculler y a O Burgo.

-¿Han vuelto otros tipos de fauna, además de la avícola?

-Es interesante resaltar que a la ría han vuelto una o dos familias de nutrias, una población que no existía hace pocos años.

-¿Los humedales de la ría son un ecosistema especialmente frágil?

-Todo espacio natural es frágil si no se le cuida, pero, en este caso, la población tiende a concentrarse en las rías y los ámbitos costeros. Y estos aguantan hasta donde pueden en términos ecológicos.

-En el caso de la ría de O Burgo, se habrá visto perjudicada por tener A Coruña al lado.

-Los problemas en la ría derivados de los modelos de crecimiento los compartimos con muchos otros humedales del mundo occidental. Antes se pensaba que la costa aguantaba todo, ahora tenemos que apostar por la sostenibilidad y por formas de gestión que nos permitan disfrutarla en todos los aspectos.

-¿Qué se podría hacer para ayudar a la ría, además de descontaminarla?

-Concebirla como un lugar para los que vivimos en su entorno podamos disfrutar de la observación directa de la fauna salvaje.

-¿Cuáles son las principales amenazas para la ría?

-Precisamente, que pensemos en ella solo con valores como la urbanización y la productividad, sin pensar en ella como un espacio para el disfrute de todos los ciudadanos, la educación, para el ocio. En este sentido, es una oportunidad. En muchos lugares del mundo se están fabricando espacios como el que tenemos en la ría. Por ejemplo, en Londres se ha hecho una inversión muy importante para convertir antiguas balsas de decantación de aguas residuales en un espacio rico en aves. Lo mismo se está llevando a cabo en las Marismas Blancas de El Astillero, en Santander? Nosotros tenemos que proteger el lugar que ya tenemos aquí. También se puede considerar la posibilidad de hacer un corredor ecológico desde el embalse de Cecebre, pasando por todo el río Mero, la ría de O Burgo, y ría de A Coruña, tanto en la parte de costa de Dexo como en la Torre de Hércules.

-¿Qué se conseguiría construyendo este tipo de vía verde?

-Constituiría una vía de escape natural para los ciudadanos que vivían en esta comarca. Imagínate salir en A Coruña y poder recorrer la ría, caminando o en bicicleta, hasta Cecebre. Y, al tiempo, acogería a muchas especies, lo que ampliaría su condición de museo de naturaleza al aire libre. Sería fantástico a nivel educativo, social, turístico.

-¿La creación de este corredor ayudaría a algunas especies de la fauna local a moverse y reproducirse sin interferencia humana?

-Según a qué especies, sí, claro. Estamos hablando de conformar una nueva manera de mirar el entorno.

-¿Qué aporta a nivel social la biodiversidad y la presencia de aves en el entorno de la ciudad?

-Es un recurso, no productivo, sino de otro tipo. Cada vez hay más psicólogos y pedagogos que apuntan a la necesidad de que los que vivimos en lugares urbanizados acudamos a presenciar fenómenos naturales porque es bueno para nosotros, terapéutico. Esto ya es incluso el leit motiv de ciertas publicaciones de autoayuda. Se trata de una especie de terapia para el día a día urbano que tenemos que cuidar.