El rural gallego va camino de convertirse en un desierto demográfico, un declive que se agrava año tras año con la pérdida de población en el conjunto de la comunidad y el abandono del campo por parte de los más jóvenes. Lejos queda la fotografía del rural de hace décadas. Donde antes había grandes plantaciones de patatas o de maíz y prados en los que pastaban vacas y ovejas, hoy solo se ven matorrales, maleza y hierba seca. Y en las casas que antes vivían familias de hasta seis miembros, las puertas ya están cerradas y a las ventanas ya no se asoma nadie. Las estadísticas de Ministerio de Agricultura colocan a Galicia a la cabeza de las comunidades más despobladas en el rural. Entre los años 2010 y 2018, la población en las aldeas gallegas cayó un 17,9%, casi ocho puntos por encima de la media nacional (-10,1%).

Estos datos convierten a Galicia en la tercera comunidad, empatada con Asturias, con más sangría demográfica en el rural. A la cabeza, Baleares (-38,7%), seguida de Murcia (-22,9%). Al cierre del año pasado, había censados en las localidades rurales de la comunidad 707.673 vecinos, la cuarta cifra más elevada de todo el país. Andalucía es la región con más vecinos residentes en el rural (casi 2 millones), seguida de Castilla-La Mancha (casi 908.000) y Castilla y León (más de 875.000). En el extremo opuesto de la tabla se colocan La Rioja (poco más de 64.000 censados) y Cantabria (apenas 83.400).

En el conjunto del país, destacan Canarias y Madrid, los dos únicos territorios que en el periodo 2010-2018 ganaron población en el rural, un 19,1% y 1,5%, respectivamente.

De los más de 46,7 millones de habitantes que residen en España, son casi 7,6 millones los que viven en el rural, lo que supone poco más del 16%. En el caso de Galicia, son uno de cada cuatro los habitantes que residen en aldeas.

Mientras que entre 2000 y 2018 la población total española (46.572.132 habitantes) creció un 15,4 %, en los municipios rurales de menor tamaño (menos de 5.000 habitantes), que ocupan el 82,1 % de la superficie rural), el recorte de población ha sido más abultado (-10,4 %). La despoblación fue más acusada en la segunda parte (2008-2018), con una caída del 7,4%, mientras que en la primera el descenso fue del 3%.

Las comunidades autónomas con mayor porcentaje de población rural sobre el total de censados en 2018 fueron Extremadura (50 %) y Castilla-La Mancha (45 %), seguidas de Castilla y León (36 %), Aragón (32 %), Comunidad Foral de Navarra (27 %) y Galicia (26 %).

Agricultura destaca que el 23% de la población de Andalucía es rural y que, al ser la comunidad más poblada de España, es la que más habitantes (1,94 millones de personas) aporta al campo.

En el lado opuesto se sitúan las regiones con menor porcentaje de población rural: Madrid (2 %), País Vasco (5 %), Cataluña (7 %) y la Comunidad Valenciana (8%).