Un total de 334 granjas lácteas gallegas echaron el cierre durante el pasado año. La razón principal son los bajos precios que perciben los ganaderos por la leche y los elevados costes de producción. Esta cifra supone que durante 2020 casi un granjero al día tuvo que abandonar su actividad por una situación que califican de insostenible. Como consecuencia, el pasado diciembre el número de ganaderos dedicados al sector lácteo en Galicia había descendido un 4,7% respecto al año anterior hasta los 6.768, una cifra mínima histórica en las últimas tres décadas y que supone la mitad de los que había antes de la crisis de 2008 cuando sumaban algo más de 13.500.

A nivel nacional, durante el pasado año, echaron el cierre 608 explotaciones lácteas. Es decir, más de la mitad de las clausuras (el 55%) se produjo en la comunidad gallega. También Galicia cuenta con algo más de la mitad de todas las granjas de leche del país.

Tras Galicia, las comunidades que más explotaciones cerraron fueron Asturias (69), Castilla y León (65) y Cantabria (47). En porcentajes, los mayores descensos se produjeron en Extremadura (16,1%), Canarias (11,7%) y Baleares (10,6%). Ninguna comunidad aumentó su número de granjas durante el pasado año, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA).

La Consellería do Medio Rural ha alegado en varias ocasiones que los cierres de los últimos años no se debían solo a la caída de los precios sino a la fusión de las pequeñas explotaciones con otras de mayor tamaño para ser más competitivas.

Este cierre de granjas en Galicia se produce al mismo tiempo que aumenta la producción de leche. Hay menos explotaciones, pero producen más. La comunidad gallega acapara casi el 40% de la producción láctea de toda España. El año pasado batió, por quinto ejercicio consecutivo, el récord hasta casi los 2,9 millones de kilos de leche frente a los 7,3 que se vendieron a nivel nacional.

A principios de abril se cumplió el sexto aniversario de la desaparición de las cuotas lácteas que limitaba la producción de leche en los países de la Unión Europea y desde entonces en Galicia han desaparecido más de 2.700 explotaciones —casi el 30% del total— lo que supone más de 455 cierres por año.

Detrás de esta crisis en el sector lácteo gallego está la escasa rentabilidad que ofrece la mayoría de las explotaciones. A los bajos precios de la leche hay que sumarle, al menos, otros dos factores. En primer lugar, el aumento de los costes de producción que sufren los ganaderos. Y en segundo, todas las inversiones que deben realizar para adaptarse y cumplir las regulaciones vigentes en materia de sostenibilidad y medioambiente.

Y a eso hay que añadir que en julio de 2019 la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) reconoció la existencia de un acuerdo ilegal entre las industrias lácteas más importantes entre 2000 y 2013. La CNMC impuso una multa de 80 millones de euros a empresas y asociaciones del sector lácteo por considerar probado que intercambiaron información durante más de una década para influir en los precios que pagaba por la leche a los ganaderos.

El supervisor les acusó de coordinar información sobre los precios para lograr un suministro más barato, impidiendo que los proveedores pudieran establecer sus propias tarifas y dificultando la competencia. Las mayores sanciones fueron para Capsa (21,8 millones), Danone (20,2) Lactalis (11,6), Calidad Pascual (8,5) y Nestlé (6,8). Todas ellas han recurrido la decisión, niegan haber pactado precios y están a la espera del dictamen del juez.

Los ganaderos gallegos cobran 33 céntimos por litro en enero, la mayor cifra desde el fin de las cuotas lácteas en 2015

Por primera vez desde que desaparecieron las cuotas lácteas en 2015, el precio medio en origen de la leche de vaca en Galicia alcanzó en enero los 33 céntimos, una cifra que muchos estudios aseguran que es lo que le cuesta a un ganadero producir un litro de leche. Eso sí, aún es un 5,7% menos que la media europea y hasta un 11% por debajo de lo que se paga en Francia.

En agosto del año pasado, el precio al que cobraban los ganaderos gallegos la leche se situó en 0,316 céntimos. Desde entonces encadenó cinco meses al alza hasta los 0,330 del pasado mes de enero, según refleja el último informe de Declaraciones Obligatorias del Sector Vacuno de Leche, publicado por el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) y que recoge todos los precios mensuales registrados desde 2015

Sin embargo, esta mejoría no equipara las explotaciones gallegas con las del resto del Estado, pese a producir cuatro de cada diez litros de leche cruda. La media estatal está en 34 céntimos, los mismos que ya tenía en diciembre.

En 2015, el precio más alto que cobraron los ganaderos gallegos fue de 30,6 céntimos por litro, que en 2016 pasaría a los 29,80 y en 2017 a los 32,20. En 2018 volvió a caer el precio en origen, con una media en las granjas gallegas de 31,90 céntimos por litro. El promedio en 2019 fue de 32,70, y durante 2020 los mejores precios fueron los 32,9 céntimos de noviembre y diciembre. El precio más bajo se alcanzó en julio de 2016 con 26,7 céntimos. Desde entonces ha subido algo más de 6 céntimos, aunque los productores aún se quejan de que son insuficientes para que las explotaciones sean rentables.

En febrero, el precio de la leche fresca en Galicia alcanzó la media de 32,7 céntimos por litro, lo que supone un ligero descenso en comparación con los 33 céntimos que marcó en enero.