No al desguace del servicio postal. Bajo esta proclama, trabajadores de Correos protagonizaron ayer una caravana protesta por las calles de A Coruña, en la que participaron en torno a cuarenta vehículos, para rechazar “los planes de desmantelamiento” que, según denuncian los sindicatos, lleva a cabo el operador público. La movilización en la ciudad se suma a las convocadas en los últimos días por toda la geografía española con el objetivo de frenar los recortes que, según denuncian, se están produciendo en la plantilla y los servicios de Correos. La plantilla no descarta hacer huelgas generales si la empresa no negocia.

La marcha, convocada por CCOO y UGT, partió del edificio sindical de la avenida de Alfonso Molina para transcurrir por la zona de Cuatro Caminos y el paseo marítimo y finalizar frente a la sede de Correos. En este punto, una treintena de empleados se concentraron al grito de “Correos no se vende, Correos se defiende”.

La secretaria provincial de UGT, Raquel Suárez, rechazó “el desguace encubierto” del operador ya que, advirtió, su carga de trabajo está siendo desviada a Correos Express y otras filiales. “Nunca se vio que un pequeño se coma al grande”, denunció. “Esto siempre fue una empresa pública, desde hace 300 años, y lo que intentan es acabar con ella”, aventuró Suárez, al tiempo que denunció que se han vendido edificios y “no se está cumpliendo el convenio”.

Por su parte, el secretario provincial de CCOO de Correos en A Coruña, Miguel Fraga, condenó “el recorte de financiación” del operador en los presupuestos del Estado, que “supone cien millones menos para este año”. “Esto lo sufre la ciudadanía en el reparto en sus casas y en las oficinas”, cuestionó. “Están imponiendo un plan estratégico que nos negamos a negociarlo porque las condiciones no se pueden asumir”, lamentó.

Para los sindicatos es clave revertir el recorte en la financiación estatal del servicio de correos universal, que ha pasado de 220 a 100 millones, y también reclaman que se utilicen los fondos europeos para garantizar el mantenimiento de la red en las zonas rurales en riesgo de despoblación, como una forma de combatir este fenómeno.

Los sindicatos no respaldan las políticas actuales de la dirección de Correos, ya que —advierten— conllevan un debilitamiento del servicio postal, y temen que se esté preparando el terreno para una futura privatización. Por ello, UGT y CCOO dicen no al recorte de la financiación, al trasvase de actividad a la filial (Correos Express), a la externalización de servicios, a la desamortización inmobiliaria a través de la cesión, regalo o venta del patrimonio histórico, a la reducción de la red postal, suprimiendo rurales, cerrando centros y oficinas, al recorte de empleo y al empeoramiento de su calidad, y a la quiebra económica de Correos.