Para los pasajeros de la línea de autobús A Coruña-Ferrol cada bajada a los andenes de la estación o las esperas en las paradas se convierten en un “calvario”. Con la vuelta al trabajo tras las vacaciones y el inicio del curso académico, han vuelto las prisas por llegar entre los primeros a la cola de la estación o del punto de recogida para evitar quedarse en tierra a la espera de un vehículo de refuerzo que puede demorarse hasta media hora. A las incidencias con las que arrancó la semana, con decenas de trabajadores, estudiantes y jubilados con citas en el hospital afectados por las falta de plazas y retrasos en varios trayectos, se sumaron ayer nuevas protestas por la impuntualidad y la escasa oferta para la actual demanda.
Un día después de que Monbus defendiese la gestión en la línea A Coruña-Ferrol alegando que el servicio se realiza “correctamente siguiendo los parámetros convenidos con la Administración” y que no tiene la obligación de habilitar refuerzo alguno, la Xunta ha requerido a la UTE concesionaria para evaluar “nuevas medidas de refuerzo” que “garanticen atención a toda la demanda”, que —apunta— ha sido superior a la prevista, coincidiendo con el inicio del curso escolar, la aplicación del descuento adicional del 50% y la recuperación progresiva de los usuarios que a raíz del COVID teletrabajaban o viajaban en vehículos particulares. En la agenda de la Consellería de Infraestruturas ya está marcada para los próximos días una reunión para evaluar los refuerzos habilitados estos días y también para “estudiar otros posibles que contribuyan a dar respuesta a las necesidades de los usuarios”, según detallaron ayer a este periódico desde el departamento que dirige Ethel Vázquez.
Desde la Plataforma por un Transporte Digno para la Comarca de Ferrol llevan meses exigiendo la intervención de la Xunta para reponer las frecuencias y horarios que había en la ruta hace más de año y medio, una programación que no se ajusta a las necesidades laborales y estudiantiles —denuncian— desde que una unión temporal de empresas gestionada por Monbus se hizo con la mayor parte de las líneas de la zona.
Ante la ola de incidencias registradas esta semana —concentradas en lo servicios que conectan las dos ciudades a primera hora de la mañana y en los de vuelta al mediodía—, el departamento que dirige Ethel Vázquez confirmó ayer que la concesionaria puso en marcha vehículos de refuerzo y hará una “propuesta de incrementos de los refuerzos” para garantizar que ningún pasajero se quede tirado por falta de plazas.
“La Xunta abordará con la empresa concesionaria una propuesta de control que está preparando, en la que se detallarán las medidas previstas para atender de la forma más satisfactoria posible este incremento de la demanda”, apuntan desde Infraestruturas. El pasado mes de enero, recuerda el departamento autonómico, implantó “una reestructuración completa de estos servicios, que reforzó principalmente las conexiones directas por autopista entre las ciudades, atendiendo las necesidades detectadas y las sugerencias de los usuarios”. La dotación de vehículos de esta concesión, concluye, aumentó la capacidad de los autobuses frente a imprevistos en el proyecto de explotación para dar respuesta “a toda la demanda”.
Los servicios de primera hora y del mediodía, los más deficitarios
Durante la jornada de ayer, el autobús de las 07.30 horas de A Coruña destino Ferrol no partió de la estación hasta las 07.42 horas. Pero hubo 16 viajeros que se quedaron sin plaza y tuvieron que esperar un autobús de refuerzo. “Una chica quiere el justificante y le dicen que lo pida online porque no están abiertas las taquillas a su regreso de Ferrol”, relata una afectada. “El autobús de refuerzo salió a las 07.45 horas y sobraron plazas. El refuerzo fue de 55 plazas y se cubrieron 16”, detallaron ayer desde Monbus a este periódico. A este incidente se sumaron varios más a lo largo del día. En Fene, varios pasajeros se quedaron tirados esperando refuerzo y doce estudiantes tampoco lograron plaza en el bus de las 14.00 horas. Eran las dos y media y seguían a la espera de que un vehículo los fuese a recoger.
“Servicio tercemundista”, “sin horarios ni trayectos ni plazas pese a ser la séptima ciudad de Galicia”, “averías que suman 30 minutos más de viaje”, “traslados en furgoneta o taxi cuando el bus va lleno” o “puertas que se abren en plena autopista”. Son las quejas de los afectados que usan a diario el autobús en la comarca de Ferrolterra, una gran parte para trasladarse por motivos de trabajo, estudio o médicos a la ciudad de A Coruña. Desde hace meses realizan encuestas entre los usuarios, cuyos resultados trasladarán a la Xunta para que intervenga y reponga las frecuencias y horarios que había antes de que la actual adjudicataria se hiciera con el servicio.
