Portugal reserva 2.750 millones de euros del superávit para iniciar el AVE gallego a Lisboa

El país vecino creará un fondo con los remanentes presupuestarios de los próximos años para iniciar la obra

Aprueba un bono de transporte gratis para menores de 23 años

Asientos en un tren de alta velocidad.

Asientos en un tren de alta velocidad. / Iryo

Víctor P. Currás

Es el gran reto de Portugal durante la próxima década después de convertirse en un trauma nacional. La construcción de una línea de Alta Velocidad entre Lisboa y Oporto que se extienda hasta Galicia centralizará el grueso de las inversiones del Gobierno luso durante los próximos años, por lo que éste ya ha comenzado a prepararse para un escenario en el que el maná de los fondos europeos del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) deje de fluir.

Según apuntan varios medios de la prensa del país vecino, el ejecutivo de Antonio Costa creará un Fondo de Inversiones Estructurantes que correrá a cargo del superávit presupuestario de los dos próximos años. Este instrumento financiero les dotará de unos 2.750 millones gracias a la emisión de deuda pública, siendo administrado por la Agência de Gestão da Tesouraria e da Dívida Pública (IGCP).

De esta manera, evitará una parálisis similar a la de comienzos de la década pasada, cuando la crisis económica llevó a la quiebra de la empresa pública RAVE encargada de diseñar y construir esta infraestructura.

Por este mismo motivo, el Ministerio de Fomento suspendió de forma indefinida la prolongación del Eje Atlántico más allá de la estación de Vigo-Urzáiz, quedando la salida Sur pendiente de avances al otro lado del Miño.

Según las estimaciones gubernamentales, el superávit este año será de unos 2.100 millones (0,8% de todo el Producto Interior Bruto) mientras que los 664 millones restantes llegarán en 2024. Y es que la construcción de la nueva línea de Alta Velocidad es el proyecto estrella de Antonio Costa para revolucionar la movilidad del país y contribuir a los objetivos de descarbonización impuestos por Europa, por lo que confían en iniciar las primeras obras entre Oporto y Oiã (al sur de Aveiro) a finales de 2025. Para ello, este mes de agosto aprobó la Declaración de Impacto Ambiental en los primeros 71 kilómetros de recorrido, que afectará a 100 viviendas.

Solamente en esta primera fase se presupuesta una inversión de 1.650 millones de inversión que reducirá el tiempo de viaje en 50 minutos y aumentará la capacidad de una línea totalmente saturada. Quedan aún pendientes el denominado “Lote B” entre Aveiro y Soure (al sur de Coímbra) y el “Lote C”, que completará el grueso de la inversión de 4.650 millones de euros hasta la freguesía de Carregado, al norte de Lisboa. En este caso, la adjudicación de proyecto y obras será después del próximo verano.

La voluntad del gobierno luso por “ganar” la carrera de la Alta Velocidad con España contrasta con los retrasos que está sufriendo en la que será su primera línea de este tipo. A pesar de estar anunciado para finales de este 2023, los 90 kilómetros entre Évora y Elvas no tendrán circulaciones hasta el próximo año.

Dentro de las medidas estrella que el gobierno ya ha anunciado para los Presupuestos Generales de 2024 (OEA) la gratuidad del abono del transporte público para estudiantes de Educación Básica y Secundaria (entre 4 y 18 años) y Educación Superior (hasta los 23 años). Además, los menores de esta edad estarán exentos de pagar el equivalente al IRPF (IRS) en su primer año de trabajo. La gratuidad en el transporte público beneficiaría a unos 370.000 jóvenes.

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