Renfe refuerza su apuesta portuguesa con un tren directo A Coruña-Lisboa en seis horas

El nuevo servicio circularía, tras obras menores, antes de 2027

Eliminaría paradas y los transbordos en Oporto o Vigo

La ofensiva deja en el aire el futuro del Tren Celta

Automotor del Tren Celta entre Vigo y Oporto, en la estación de Guixar. |   // MARTA G. BREA

Automotor del Tren Celta entre Vigo y Oporto, en la estación de Guixar. | // MARTA G. BREA / Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Nuevos tiempos para el tren en la Península Ibérica. La lucha entre empresas tras la liberalización y el relevo en la presidencia de Renfe ha provocado que ésta se prepare para lanzarse en solitario al mercado luso a medio plazo, rompiendo así la tradicional cooperación con Comboios de Portugal. Para ello, la compañía ha reservado 15 millones de euros para adaptarse a los requerimientos técnicos y confía en poder operar dos trenes diarios de Alta Velocidad directos entre A Coruña y Lisboa a medio plazo que tardarán unas seis horas al eliminar transbordos y paradas intermedias para los viajeros gallegos en Oporto o Vigo.

Con este cambio de rumbo, Raül Blanco confía en recuperar el volumen de negocio perdido dentro de España después de la llegada de Ouigo (filial low cost de la francesa SNCF) e Iryo, participada por Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia. Esta última cuenta además con el apoyo de la Comisión Europea para poner en marcha este servicio antes de 2029. Este documento, que fue adelantado por el diario La Información, apunta a que se trata de un plan integral que comenzaría con la llegada de los trenes españoles a la estación fronteriza de Elvas, donde el próximo año se inaugurará la primera línea de Alta Velocidad del país vecino.

Para vertebrar el Eje Atlántico hacia el sur, Renfe apuesta por dos servicios diarios por sentido con paradas en Santiago, Pontevedra, Vigo y Oporto. El objetivo es posicionarse en una situación de ventaja para 2030, cuando el gobierno de Costa tiene previsto tener en servicio la nueva línea entre las dos mayores ciudades del país. Según fuentes de la compañía, estos trayectos se realizarían con los S-120 que ya operaron entre Galicia y Barcelona hasta 2011. Estos trenes, con una velocidad máxima de 250 kilómetros por hora y 238 plazas, son mellizos de los S-121 que circulan por el Eje Atlántico. De esta manera mejorarían notablemente las prestaciones de los camellos de la serie 592 que alquila a Comboios después de varias décadas de servicio y apenas llegan a 140 kilómetros por hora.

Esta estrategia de internacionalización sigue la senda estrenada en Francia donde ha comenzado a operar en las rutas Madrid-Marsella y Barcelona-Lyon. En mayo ya solicitó los permisos pertinentes para poder circular en solitario en las vías portuguesas, aunque por el momento no ha solicitado los surcos necesarios.

Según señala La Información, también iniciaría un nuevo servicio diario entre Madrid y Oporto con paso por Medina del Campo y Salamanca, cuyos tiempos de viaje serían muy superiores a los que tardaría por Galicia. Para la ruta que unirá las dos capitales ibéricas a través de Extremadura se aprovecharían los trenes S-730 con capacidad para circular en diésel y eléctrico.

Desaparición

Si bien estos nuevos trenes rápidos permitirían llegar a Lisboa sin transbordos, la ruptura de la colaboración entre ambas operadoras públicas podría llevar a la desaparición del Tren Celta que operan conjuntamente las empresas lusa y española desde hace una década. Este itinerario, con dos frecuencias al día, logró batir el año pasado su récord de pasajeros y fue definido por The Guardian como “una de las mejores rutas transfronterizas de Europa”.

La altísima movilidad a ambos lados del Miño ha abierto la puerta a ampliar estos servicios en número, destinos o prestaciones. El exministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, apostó por utilizar los trenes Arco reformados en esta línea, lo que aumentaría su velocidad, mientras que Renfe abrió un proceso de formación para ampliar su plantilla.

Sin embargo, son los impedimentos técnicos los que frenan estas opciones a corto plazo y siembran dudas a medio. Para que los servicios se puedan extender más allá de Vigo es necesario electrificar un pequeño tramo entre Redondela y Arcade, obra para la cual Adif aún no ha adjudicado las obras. Además, el sistema de seguridad ferroviario portugués (Convel) se encuentra descatalogado y tanto Comboios de Portugal como las nuevas operadoras están a la espera del desarrollo de su alternativa para equiparla en los trenes. Es por ello que Renfe no fija un horizonte para este inicio de la actividad, aunque confían en que llegue antes de 2027.

Suscríbete para seguir leyendo