El helicóptero de Tráfico en Galicia lleva ya cinco meses inoperativo por falta de revisión

Las carreteras de media España están sin vigilancia desde el aire o antes de que termine el año se quedarán sin ella. Los helicópteros de la DGT, con una flota actual de 11 unidades tras perder dos en sendos accidentes de vuelo en marzo y agosto, llevan meses a la espera de una revisión en Galicia y Andalucía que les permita remontar el vuelo y perseguir las infracciones al volante, un parón que antes de que finalice este 2023 se extenderá también a la unidad con base en Valencia, dejando desasistida la zona de Levante y Murcia, según denunció este viernes el sindicato CSIF.

En el caso del Pegasus con base en Alvedro, dotado con radar y que presta servicio en la red viaria de la comunidad gallega, Asturias, Cantabria y parte de las provincias de León y Zamora, está inoperativo desde el pasado mes de mayo, tal y como avanzó este periódico en el arranque del verano.

Desde la DGT niegan que esté sobre la mesa el desmantelamiento del servicio de vigilancia aéreo a través de helicópteros, según denuncia CSIF, sino que las unidades que se encuentran inoperativas —sin especificar el número— están pendientes de la revisión ya que los últimos contratos de mantenimiento han quedado desiertos, lo cual ha contribuido a una disminución gradual de las aeronaves disponibles. “No está previsto desmantelamiento alguno”, informaron a LA OPINIÓN desde el departamento que dirige Pere Navarro, al tiempo que evitaron dar un plazo para la puesta en funcionamiento de los helicópteros que a día de hoy no operan.

Drones

Más de cinco meses después de que el helicóptero con base en A Coruña y que opera en el noroeste peninsular, el sindicato CSIF atribuye la situación actual en la unidad aérea de Tráfico a la intención de la DGT “de sustituir la flota de helicópteros por drones mediante una progresiva disolución y privatización de este servicio fundamental”. La central sindical advierte de que este cambio “va en detrimento del control del control del tráfico y de la seguridad vial”. Los drones, destacan, no tienen velocidad ni autonomía para perseguir a infractores que conducen a gran velocidad, tampoco captan a las personas que viajan sin cinturón o las que usan el móvil al volante y no cumplen con la función disuasoria que sí realizan los helicópteros.

Mientras Tráfico eludió detallar cuáles son las unidades pendientes en la unidad de las revisiones para que puedan operar, la central sindical avanzó que de los 13 helicópteros que componen la flota de la DGT para vigilar las carreteras de todo el territorio nacional (excepto País Vasco, Navarra y Cataluña, que tienen transferidas las competencias de Tráfico; y Canarias y Baleares, donde no hay helicópteros) tan solo están en servicio seis aparatos: uno con base en Zaragoza (cubre Aragón), uno con base en Valladolid (Castilla y León), uno con base en Valencia y tres con base en Madrid (además de la mencionada comunidad vigila las carreteras de Castilla-La Mancha).

Los helicópteros de Tráfico, valorados en más de un millón de euros, disponen de un sofisticado radar que mide excesos de velocidad entre 80 y 360 km/h a un kilómetro de distancia. Dos unidades disponen de radar L3 Wescam, valorado en 160.000 euros. Este dispositivo dispone de dos cámaras, una para la velocidad y otra para leer las matrículas, que las identifica a razón de 400 por minuto.

Suscríbete para seguir leyendo