Multitudinaria manifestación "en defensa do mar" y contra la gestión de la crisis de los pélets en Compostela

 Más de un centenar de organizaciones ecologistas, sindicales y pesqueras han participado en la marcha que daba comienzo a las doce en la Alameda compostelana | Líderes políticos de la izquierda se han sumado a la marcha

Mateo Garrido Triñanes

Hacía años que la praza do Obradoiro de Santiago de Compostela no recibía una manifestación tan multitudinaria como la que esta mañana recorrió las rúas del centro de la capital gallega. 

Miles de “fillos, netos e sobriños de mariscadores” marcharon por las calles del centro de Santiago de Compostela para solicitar de manera unánime una garantía de futuro para un sector económico fundamental para la comunidad.

Por ello han demandado que el Ejecutivo autonómica se ponga “a traballar” en la elaboración de un estudio interdisciplinar que analice el estado de las rías gallegas.

Durante la lectura del manifiesto, los organizadores reivindicaron en varias ocasiones desde el palco que no se trataba de una manifestación política. No obstante, la cercanía del 18-F y la presencia de la líder del BNG, Ana Pontón, el candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, Jose Ramón Gómez Besteiro, la de Sumar, Marta Lois junto a Yolanda Díaz, y la de Podemos, Isabel Faraldo que estuvo acompañada de Irene Montero, hizo que a lo largo de la marcha se escucharan diversos cánticos que clamaban a extender la movilización a las urnas en la próxima cita electoral.

La Policía local de Santiago ha cifrado la participación en esta manifestación en 15.000 personas, que demandaron medidas urgentes para proteger una de las mayores riquezas de Galicia: el mar y los sectores de la pesca y el marisqueo.

La protesta se traslada a la calle

Desde primera hora de la mañana, en los bares cercanos a la Alameda compostelana no se hablaba de otra cosa. Los parroquianos censuraban que detrás del vertido de pélets del Toconao “hai responsables que teñen que pagar”. No obstante, advertían que la situación del mar ya era precaria con anterioridad. “En Noia este ano traballaron só quince días, o marisco morre e ninguén está facendo nada. Normal que veñan manifestarse”.

Removiendo con la cucharilla el café, dos varones resumían a la perfección el grito de auxilio del sector del mar, del que la marea plástica es únicamente “la gota que colmó el vaso”.

A las 11, una hora antes de que la movilización convocada por más de un centenar de organizaciones ecologistas, sindicales y pesqueras comenzase a marchar, centenares de personas ocupaban ya su lugar en el emblemático parque compostelano. Entre ellos, alcaldes de localidades de la costa gallega como el cambadés Samuel Lago o el rianxeiro Julián Bustelo.

Mientras los autobuses provenientes de todas las localidades del Barbanza, desembarcaban frente al IES Rosalía de Castro, se leían emblemas como “mar asasinado, traballo ameazado” o “yo soy el relevo generacional y jamás viviré del marisqueo”. Mientras tanto, a través de los megáfonos se escuchaban consignas contra los vertidos contaminantes de la minería en la ría de Muros e Noia.

Cuando el mediodía ya se aproximaba, ya eran miles de personas las que copaban la zona central de la central Alameda santiaguesa, coreando cánticos “En defensa do noso mar”.