El PSdeG lanza unas primarias en las que el aparato apoya a Besteiro para asumir el timón

El partido no espera rivales contra el lucense | Los socialistas coruñeses analizarán la próxima semana los retos a corto plazo

Formoso, en el centro, durante la ejecutiva del PSdeG. |   // X. ÁLVAREZ

Formoso, en el centro, durante la ejecutiva del PSdeG. | // X. ÁLVAREZ / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

El PSdeG vive un estado de shock después del varapalo electoral del 18-F, unos comicios en los que perdieron cinco diputados y cosecharon el peor resultado de la historia: 9 diputados. Pero a diferencia de otras ocasiones, se percibe consenso entre el aparato y parte de la militancia para mantener la apuesta por José Ramón Gómez Besteiro, al que brindan su apoyo para las primarias previstas el 7 de abril y el congreso nacional del partido del que saldrá la dirección que lo acompañará los próximos cuatro años. Ese cónclave será el 27 del mes que viene.

La ejecutiva del PSdeG se reunió ayer en Santiago para aprobar el calendario y las bases de ambos procesos orgánicos, de los que informó a través de un comunicado.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE; María Jesús Montero, su número dos; el secretario xeral de los socialistas gallegos, Valentín González Formoso, y el resto de barones gallegos apuestan por Besteiro para evitar que el PSdeG siga triturando líderes sin capacidad para que pongan en pie un proyecto. De hecho, desde la dimisión de Emilio Pérez Touriño en 2009 cuando el bipartito perdió la Xunta después de que el BNG se dejase un diputado nunca ha repetido cabeza de cartel: Pachi Vázquez en 2012, Xaquín Fernández Leiceaga en 2016 y Gonzalo Caballero en 2020.

El consenso general sobre la necesidad de dar una oportunidad a Besteiro convierte en una posibilidad quimérica que otro dirigente aspire a disputarle al lucense la Secretaría Xeral del PSdeG. De hecho, Gonzalo Caballero retiró su candidatura en las primarias y ahora, aunque evita descartar esa posibilidad, tampoco parece mostrar interés. Además, el exlíder socialista se reincorporó ya a su trabajo como profesor en la Universidade de Vigo y fuentes socialistas apuntan a la posibilidad de que sea una opción en las candidaturas a las elecciones europeas del próximo junio.

Apenas unos días durará la incógnita sobre la ausencia de rivales de Besteiro, pues el plazo para presentar las candidaturas arranca mañana y finaliza a las tres de la tarde del jueves. Si Besteiro es el único aspirante y logra al menos el 6% de avales (superó esa cifra ampliamente en la consulta para ser candidato), ya será proclamado candidato y deberá afrontar el proceso para confeccionar la nueva ejecutiva y el Comité Nacional del partido, que saldrán del congreso extraordinario del 27 de abril. Se adelanta así el cónclave más de un año y medio, pues el mandato de Formoso expiraba en diciembre de 2025.

Mientras, en el partido comienzan a celebrarse las ejecutivas provinciales para analizar no solo el 18-F, sino también el futuro a corto plazo. Pontevedra y Lugo mantuvieron ayer esos encuentros, que en el caso de A Coruña está previsto el próximo viernes y en Ourense todavía está pendiente de fecha.

El secretario provincial pontevedrés, David Regades, lanzó un mensaje de autocrítica para tratar de reactivar al partido, en contraste con la opinión de un Formoso que en una comparecencia ante los medios aseguró que repetiría la misma estrategia de campaña. Regades apuntó como causas del varapalo electoral la ausencia de un proyecto claro para Galicia, el cambio constante de candidatos en los últimos años, el adelanto electoral a febrero, la designación tardía de Besteiro como cabeza de cartel, la concentración en el BNG del “voto útil” de la izquierda y una estrategia de campaña con demasiada presencia del Gobierno de España que diluyó al PSdeG. Al BNG también le lanzó un dardo: “Tardaron poco en aflorar las voces, hasta ahora calladas de la UPG, para afear la presencia excesiva de Pontón y reclamar una vuelta a las esencias nacionalistas”.

Su homólogo de Lugo, Xosé Tomé, esquivó la autocrítica y culpó del 18-F a los “factores en contra”, al tiempo que mostró sus cartas y pidió cerrar filas con Besteiro.

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