Los ecos de la Guerra Civil llegan a la demografía gallega

Por primera vez en casi medio siglo baja el peso de los más mayores entre los pensionistas al llegar a los 85 años los nacidos en plena contienda

C. villar

Galicia envejece, pero ese envejecimiento va más allá e incluso los más mayores envejecen, es decir, el colectivo de quienes tienen 85 o más años sobre el total de quienes han soplado ya 65 o más velas, constituye una cifra que no ha dejado de crecer a lo largo de casi medio siglo, 46 años en concreto. Pero los ecos del golpe de Estado de julio de 1936, y el posterior conflicto al que arrastró a España, han frenado, por primera vez, esa progresión. A1 de enero de 2023 habían cumplido 85 años los bebés nacidos ya en plena contienda, en 1937, una cohorte “menos numerosa” que la de años anteriores.

Así lo explica el Instituto Galego de Estatística (IGE) en su último informe sobre Indicadores demográficos de Galicia relativos al bienio 2022-23. En particular, sobre el índice de sobreenvejecimiento, que calcula qué porcentaje representan los residentes de 85 o más años sobre el grupo de 65 o más años, indica que en 2023 se sitúa para el conjunto de Galicia en el 19,61 por ciento y destaca que esta sería la primera disminución en el indicador desde 1977 por la entrada en el grupo de población analizado de los nacidos en 1937. Aun así, pese al retroceso en el indicador, su valor actual triplica al que se registraba en 1975.

Además, aunque ese parámetro sufra una regresión, no ocurre lo mismo con otro índice, el de envejecimiento, que sirve precisamente para medir el proceso que le da nombre. El cálculo esta vez toma en consideración el número de gallegos de 65 o más años por cada cien menores de 20. En este caso, no ha habido ningún tipo de freno desde 1975, el último año al que permite retroceder el IGE, y su “continuo incremento”, señalan desde el organismo, refleja la velocidad a la que se produce el fenómeno, que sería “superior”, señala, en el caso de las mujeres. En 2023 en concreto, el indicador alcanzó un valor de 169,27: es decir, por cada cien gallegos con 20 o menos años hay más de 169 con 65 o más.

Asociado a estos parámetros se encontraría el de población potencialmente dependiente, que no deja de crecer desde 2008, advierte el IGE, en el que las estadísticas incluyen a quienes tienen menos de 15 y a quienes superan los 64, para ponerlos en relación con el colectivo potencialmente activo, que iría de 15 a 64.

Todos estos fenómenos se producen en un contexto de mengua progresiva de la población gallega, no solo respecto a sí misma, sino en relación al Estado. De hecho, esta vez los datos relativos a la evolución del padrón son positivos: en 2002 Galicia ganó un 0,24% de vecinos y lo hizo en todas las provincias. No obstante, si se analiza el peso de sus habitantes dentro de España, la comunidad perdió casi un 30 por ciento de influencia (un 27,6%) en el último medio siglo. Ahora supone un 5,6%.

También vinculado con el envejecimiento está la constatación de que la edad media de los gallegos sigue al alza: desde 1975 se incrementó casi un 40%, desde los 35,1 años de entonces a los 48,16 de hoy

Otros datos que aporta el IGE en su síntesis y que reflejan el retraso con el que los gallegos abordan la formación de una familia son los de la edad media a la maternidad y a la paternidad. Porque no solo las mujeres atrasan la hora de ser mamás, sino que lo propio ocurre entre los varones. Así, en las mujeres gallega la edad media a la maternidad sería de 33,26 años y, en ellos, de 35,76 años.

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