El Gobierno luso pide “mantener la presión” para que el tren de alta velocidad llegue a Galicia en 2030

El secretario de Estado pone deberes al futuro Ejecutivo

Las obras hacia Galicia deberán ser simultáneas a la Salida Sur

Tren Avril en pruebas en A Coruña.

Tren Avril en pruebas en A Coruña. / Casteleiro / Roller Agencia

Víctor P. Currás

Un nuevo tiempo político se abre en Portugal con la misma fecha en mente: la puesta en servicio de la línea de Alta Velocidad entre Lisboa, Oporto y Vigo en 2030. La constitución de la nueva Assembleia da República de este martes, con los primeros acercamientos entre PSD y la ultraderecha Chega, allanará el camino para que Luis Montenegro pueda conformar un nuevo Gobierno mientras el saliente le pone deberes. El secretario de Estado de Transportes ha insistido en que tener los tres primeros tramos para finales de 2030 “sigue siendo, en este momento, factible” pero que para ello “hay que mantener la presión para seguir avanzando al ritmo actual”.

En una amplia entrevista en Jornal de Negócios, Frederico Francisco no cree que “haya riesgo de que nadie ponga en duda la pertinencia, necesidad e importancia del proyecto” pero sí que teme que “no se de la misma prioridad”. Este mes de junio debe lanzarse la adjudicación del tramo entre Aveiro y el sur de Coímbra aunque asegura que “durante las transiciones los equipos se quedan esperando instrucciones”.

Y es que la llegada del centroderecha al ejecutivo portugués vuelve a situar a la imperiosa necesidad de modernizar su ferrocarril en un cruce de caminos. El futuro primer ministro fue el presidente del grupo parlamentario cuando Pasos Coelho abandonó estos planes en 2013 y ha vacilado durante los últimos meses con su planificación.

Francisco, hombre de confianza de Pedro Nuno Santos en su etapa como ministro, advierte que “el tiempo perdido en el lanzamiento del concurso aumenta el riesgo de no completar todo el trabajo previsto en la solicitud”, refiriéndose así a los 730 millones de euros de fondos europeos reclamados para las primeras fases de la línea y las partidas futuras.

El secretario de Estado de Infraestructuras reconoce un retraso de “dos años” en la segunda fase de la línea entre Soure, al norte de Leiría, y Carregado, puerta de entrada a Lisboa. Está previsto que el estudio de impacto ambiental se presente este verano para lograr una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positiva a finales de año o comienzos de 2025, permitiendo su licitación doce meses después. Sin embargo, al norte de Oporto los avances son más discretos. Aunque Infraestruturas de Portugal ya ha adjudicado los estudios técnicos entre Braga y Valença do Minho para actualizar los realizados hace dos décadas, el retraso es de “dos años y medio” respecto a la línea hacia el sur. El objetivo es lanzar el concurso de construcción y explotación de la línea “a mediados de 2026”, impidiendo que las obras se inicien antes de que acabe 2027 en el mejor de los casos.

No obstante, Frederico Francisco condiciona el desarrollo de estos 68 kilómetros a la sincronización con el Gobierno de España. “Deberá iniciarse simultáneamente, o incluso como un único procedimiento, por parte portuguesa y española”. Respecto al cronograma para conectar mediante la Alta Velocidad Oporto, el aeropuerto de Sá Carneiro y la Eurorregión, asegura que “los estudios de viabilidad y trazado cubrirán toda la línea” aunque “no hay calendario para el lanzamiento de obras”.

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