Besteiro reclama a Rueda priorizar Galicia sobre los intereses de partido

Ocho años después, José Ramón Gómez Besteiro se situó en el atril del Parlamento gallego. No fueron las circunstancias con las que había soñado, pero él tampoco es el mismo de entonces, con su carrera política en hibernación casi una década por múltiples imputaciones judiciales que quedaron en nada, pero cortaron su progresión.

El lucense debutó en el peor momento de la historia del PSdeG, con solo ocho compañeros en O Hórreo. Su discurso extrañó a los suyos más por el tono lánguido que por el contenido, con el que busca hacerse un hueco, si bien se recuperó en las réplicas vespertinas. Si el BNG representa la antítesis del PP y lidera la alternativa a Rueda, Besteiro quiso perfilar una visión más institucional con la que intentar llegar a acuerdos que ahora parecen imposibles.

Su inicio, sin embargo, supuso un mensaje claro para evitar la destrucción del rival político. “No debemos permitir que la política pueda convertirse en un espectáculo o en un mundo donde todo vale para combatir a los rivales y se vulneren todas las líneas [...]. Créanme, sé de lo que hablo cuando les digo que nada justicia ni valida intentar destruir la vida de una persona por un objetivo político”, sostuvo después de que alguna diputada al PP fuese quien entregó a la justicia anónimos usados en alguna de sus imputaciones. “Usted sabe por qué no estuve antes aquí”, le espetó a Rueda.

El discurso de Besteiro se centró en dos cuestiones. Por un lado, pedir el fin de la guerra al Gobierno de Pedro Sánchez por parte de la Xunta. Por otro, cerrar cuatro pactos para cambiar la deriva de una Galicia que, recordó, creció el año pasado un 1,8% frente al 2,5% de la media estatal. “La economía crece menos, se pierden empresas y el empleo crece menos que en el conjunto de España. Galicia vive del impulso del conjunto del Estado, lo que evidencia que no existe impulso político propio”, lamentó. Tachó a Rueda de “conformista y acomodado” , escondido “detrás de guerras inventadas”. “Mal comienza una legislatura cuando es necesario buscar enemigos para autodefinirse”, reprochó. “Hacer oposición a la oposición es un mal camino”, añadió.

Besteiro insistió en la “vocación de Gobierno” del PSdeG y lanzó sus recetas. En vivienda, abogó por construir 2.500 pisos públicos al año, doblar el bono alquiler y acelerar la declaración de zonas del mercado tensionadas.

En el terreno sanitario, abogó por un plan de contratación de personal y garantizar por ley que la cita con el médico de cabecera no supere las 48 horas.

La economía protagonizó otro de los pactos lanzados por un Besteiro que pidió simplificar la normativa para desarrollar las renovables y cuestionó el proyecto de Altri, que consideró que puede ser “una gran farsa para instalar una gran celulosa”. “Iba a ser el gran proyecto verde del PP y, de momento, lo único que sabemos es que el PP está muy verde”, criticó.

El cuarto acuerdo se centró el la lengua para “compensar todo el daño” que, dijo, Rueda y el PP le infligieron al idioma propio, votando, por ejemplo, en contra de su uso en el Congreso. En Ferrol, única urbe popular, solo licitarán los contratos en castellano a partir de ahora.

Por último, tiró de la fortaleza del PSdeG en el ámbito municipal para abogar por un gran acuerdo local gallego que “acabe con los problemas de la infrafinanciación y competencias impropias”

Finalmente, pidió anteponer Galicia a las siglas. “Entre Galicia y el PSdeG, no dudaremos en elegir Galicia y los intereses Galicia”, dijo antes de pedir lo mismo a Rueda. “Le pido lo mismo, que entre los intereses del PP de Madrid y Galicia, entre el apoyo a la política de confrontación de Feijóo y los intereses de Galicia, opte por Galicia. Hasta ahora no fue así”, cerró. 

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