El uso como mascotas y el veganismo golpean el consumo de carne de conejo

La demanda descendió más del 20% en los últimos cinco años | Galicia es una de las principales productoras con una cuarta parte del total estatal

Roi Rodríguez

La carne de conejo es un alimento sano, económico y de amplia tradición culinaria en España y Galicia. Sin embargo, la caída en el consumo parece imparable: más de un 20% en los últimos cinco años, según el sector. ¿Cuáles son las razones que justifican este comportamiento? El auge de las dietas veganas y vegetarianas y el uso de este animal como mascota son dos de las causas que, indican los profesionales, pueden estar detrás de esta tendencia a la baja, así como un cambio de hábitos provocado por las nuevas tipologías familiares.

“Obviamente, todo el consumo de carne en general se ha visto afectado por el auge de las dietas veganas y vegetarianas. Es una de las razones de la bajada del consumo”, asegura Natalio García desde Cogal, la productora de carne de conejo ubicada en el Deza y uno de los mataderos más importantes. “Si, evidentemente el veganismo afecta, pero lo hace a todas las carnes. Este es otro handicap al que nos enfrentamos”, ratifica la cunicultora dezana María Antonia Ramos Almansa, presidenta de Progacun. “El consumo medio por habitante y año en España está en 600 gramos cuando hace unos años pasaba de los dos kilos. En Galicia está por encima de la media en 900 gramos”, señala.

En cuanto a la adopción de un conejo como animal de compañía, la cunicultora apunta a que hay “un 13,7%” de personas que evitan comer su carne por motivos emocionales. “Esto siempre afecta”, recalca, aunque no cree que sea el principal motivo de la bajada de consumo. “Personas que no consumían por esos motivos siempre los hubo”.

Natalio García apunta a un tercer motivo que explicaría este cambio de preferencias por parte del consumidor: la reducción del tamaño de las familias, que provocó que se opte más por presentaciones de un peso inferior a la canal entera, como pueden ser las paletillas, el medio conejo troceado o los mulos.

“La gente se olvida que esta carne siempre fue tradicional en España. Es muy versátil, fácil de cocinar”, recalca Ramos Almansa, quien cree que actualmente muchos jóvenes asocian estas carnes con guisos largos “y no es así”. Hoy en día, razona, se encuentra en muchos formatos en el lineal del súper, “dando mucha facilidad y comodidad”.

La caída del consumo de conejo contrasta también con el hecho de que cada vez una porción más amplia de la sociedad busca productos de un perfil saludable, pues se trata de un producto muy rico en proteínas, excelente para el desarrollo muscular y muy fácil de digerir. Posee importantes minerales como el hierro, el zinc y el magnesio y tiene un bajo contenido en colesterol.

A pesar de que Galicia es una de las principales regiones productoras de carne de conejo de España, “con aproximadamente el 24% de la producción nacional”, según indica el responsable de Cogal, y tiene una ubicación geográfica con las condiciones climáticas propicias para la producción de conejos, lo cierto es que el número de granjas también sufrió un drástico recorte en los últimos años, en línea con lo que sucede en otras actividades del sector primario como el lácteo. Es cierto que las que sobreviven son de una mayor dimensión.

“Si mal no recuerdo, hace una década había en Galicia unas 246 granjas”, calcula la responsable de Progacun. “Todas las explotaciones pequeñas, o casi todas, han ido cerrando. Unas por no tener relevo generacional y otras agobiadas por la incertidumbre y no obtener ganancias. Ahora mismo quedan en activo unas 99”, afirma. Donde hay es más granjas es en Cataluña, especifica Ramos Almansa, que representa el 20,08% del total de las activas, después está Castilla y León (19,69%) y de tercera Galicia con el 18,93%, aunque “es la comunidad donde más animales se sacrifica, lo que lleva a pensar que las granjas de Galicia son más grandes y productivas”.

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