El uso residencial de los bajos retira casi 400 del circuito del alquiler en solo cuatro meses

A Coruña y Vigo, a la cabeza en la conversión de los locales comerciales en viviendas uInmobiliarias e inquilinos esperan que esta mayor oferta permita una bajada de precios

Reforma de un bajo comercial para convertir en vivienda |   // CEDIDA

Reforma de un bajo comercial para convertir en vivienda | // CEDIDA / R. Prieto

El cartel de Se alquila ya no está. En su lugar, los cristales de esos escaparates vacíos desde hace meses o incluso años están ahora tapados con papeles. Detrás, el ruido de las hormigoneras, el trasiego de material de obra y la entrada y salida de operarios enfundados en monos dan cuenta de la nueva vida que se quiere dar a esos bajos en el centro de las ciudades y también en los barrios periféricos tras un tiempo sin actividad alguna. La reforma impulsada por la Xunta en la recta final del año pasado para flexibilizar los criterios para convertir locales comerciales en viviendas ha llevado en los últimos meses a cada vez más propietarios a retirar del circuito de comercialización en alquiler esos inmuebles.

Desde que arrancó el año, los arquitectos no han parado de recibir consultas de particulares sobre esta transformación, que ya suponen más del 90% de las peticiones de asesoramiento que les llegan. Una vez recibida la información sobre el proceso a seguir, muchos deciden retirar sus inmuebles del circuito de comercialización y se meten a la reforma para convertir ese bajo comercial en vivienda, bien para asentar ahí su propia residencia o para destinarlo a alquiler, ya sea de larga duración o para periodos vacacionales. En la actualidad, el mercado inmobiliario gallego oferta para arrendamiento un total de 6.360 locales y bajos comerciales, casi 400 menos que al cierre de 2023, lo que supone la retirada del circuito de comercialización en alquiler de casi el 6%, según datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). “Se constata que la flexibilización de la normativa de cambio de uso de locales a viviendas está teniendo un efecto positivo en el mercado”, destaca el presidente de Fegein, Benito Iglesias.

Desde la a Asociación de Inquilinos y Propietarios de A Coruña, la abogada Verónica Urreaga celebra la “salida” que se está dando a estos locales comerciales vacíos. “Es una manera de poner más vivienda en el mercado, lo que pondrá más fácil el acceso al alquiler ya que conllevará una bajada de los precios”; destaca Urreaga, al tiempo que alude a los beneficios que tendrá también para las comunidades de vecinos y en el propio barrio ya que al estar ese inmueble arrendado no será un punto de posibles ocupaciones u objeto de pintadas.

El auge de las compras online, la falta de relevo generacional, la elevada presión fiscal, el alza de los precios, la escasez de empleados cualificados y los costes laborales de contratación son los elementos clave que han llevado a finiquitar las actividades económicas del eslabón empresarial más débil: autónomos y microempresas. Tras el estallido de la pandemia, el goteo de cierres de negocios “de toda la vida”, con más de 25 años de actividad, en pequeños y medianos concellos ha sido continua. Pero en Galicia a día de hoy, tal y como apuntan desde Fegein, la oferta de locales comerciales es más que suficiente para cubrir la demanda.

Ante esta gran bolsa de bajos comerciales vacíos en Galicia, cada vez más propietarios deciden darles un nuevo uso del que beneficiarse: reformarlos al amparo del decreto autonómico para convertirlos en vivienda y alquilarla, ya sea en contratos de larga duración o como piso turístico.

Basta con recorrer algunos de los barrios del centro de las ciudades para comprobar cómo en los últimos meses son cada vez más los bajos vacíos que están en obras. Las urbes gallegas tenían al cierre de 2023 más de 4.800 locales comerciales en busca de un inquilino que pusiera un negocio. A día de hoy, la oferta en alquiler cayó un 4,5%, con 4.600 con el cartel de Se alquila. La excepción la marcan Santiago y Ourense, las dos únicas ciudades de Galicia, donde en estos cuatro meses aumentó la oferta de locales en alquiler, un 12,5% y un 3,6%, respectivamente. En Compostela, las restricciones para la apertura de pisos turísticos es uno de los motivos. En el otro lado de la balanza, destacan A Coruña y Vigo, con una oferta en la actualidad de 790 y 1.075 locales bajos comerciales disponibles para alquilar, un 14,6% y un 8% menos. En el resto de ciudades, la retirada se mueve entre el 16,6% de Ferrol y el 8% de Lugo.

Inversores convierten grandes locales en ladrillo en varios apartamentos o ‘lofts’ para ponerlos a la venta

Miles de edificios quedaron a medio construir tras el estallido del a burbuja inmobiliaria. Hoy, esos esqueletos en ladrillo, se han convertido en un atractivo para inversores que buscan sacar una rentabilidad a estos inmuebles. Y son precisamente los bajos de esas promociones sin rematar las que han despertado más interés, en especial en las ciudades y sus áreas metropolitanas, tal y como apunta la presidenta de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), Emma Martínez. O Temple, en A Coruña, es uno de los ejemplos que pone. Con la reciente reforma de la Xunta que flexibiliza la conversión de locales y bajos comerciales en viviendas, empiezan a tener salida al mercado residencial esos inmuebles. Empiezan ya a cerrarse operaciones de venta “de grandes locales a ladrillo”, según apunta Martínez, de 150 a 200 metros cuadrados en los que los inversores acometen las obras correspondientes para convertirlos en tres apartamentos o lofts, una vez reformados, colgar el cartel de Se vende. “La apuesta está siendo hacer en ese espacio pequeños apartamentos de un dormitorio a pie de calle”, destaca la presidenta de Agalin.

El perfil de los compradores de esos locales heredados del bum inmobilario, de procedencia bancaria, son inversores que quieren rematar esos inmuebles y convertirlos en apartamentos para sacar una rentabilidad. La mayoría son para ponerlos posteriormente a la venta, pero los hay que también sopesan ponerlo en el circuito del alquiler como pisos turísticos. “El decreto de la Xunta que flexibiliza las condiciones para esa conversión de locales comerciales en viviendas es beneficioso para sus propietarios y las propias comunidades de vecinos”, celebra Agalin.

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