Balbina, durante los trabajos de restauración realizados por Os Patexeiros. | // ASOCIACIÓN OS PATEXEIROS

Tras años a la deriva, un rescate in extremis tierra adentro y un doloroso exilio forzoso a Lorbé, Balbina, el último patexeiro de Sada, ha encontrado al fin refugio. Esta icónica embarcación, testimonio de una actividad esencial en el pasado de esta villa marinera, pasará a formar parte del patrimonio cultural del municipio.

El pleno debatirá hoy la propuesta de cesión de esta lancha única en su tipología y reconocida en el inventario del proyecto europeo Dorna. La embarcación es propiedad de la Asociación Cultural Mariñeira Os Patexeiros, el colectivo sin ánimo de lucro que la rescató hace ya más de una década del desguace con la vista puesta en lograr un pantalán-museo para hacer de Balbina un “gran atractivo turístico para la villa”.

Su deseo se hizo de rogar, pero tras años de peticiones desoídas a las distintas administraciones, el Concello ha acudido al rescate de su último patexeiro. En la propuesta que se debatirá hoy en pleno, el alcalde, Benito Portela, apela a la “incalculable” importancia de Balbina por su “relevancia histórica y patrimonial”. Se trata, destaca, “de una expresión física muy importante de la historia de Sada” y un “vehículo importante para la transmisión de experiencias, aptitudes y conocimientos entre generaciones” . El regidor apunta además que la embarcación “tiene una gran importancia económica para el sector del turismo, ya que acercará a la vista de todas y todos un recurso histórico pesquero”.

La propuesta de cesión está refrendada por un informe de la Asociación Cultural Irmáns Suárez Picallo firmado por el historiador Manuel Pérez Lorenzo. Este experto llama la atención sobre la importancia que tuvo en Sada la captura del patexo, que una crónica de 1915 describía como una “de las principales riquezas de esta villa”. Pérez Lorenzo destaca en su informe que en aquellos años, el puerto de Sada “era la principal referencia en descargas de patexo en el litoral gallego”. Las descargas, apunta, se realizaban en la playa, directamente desde las lanchas a los carros de bueyes: “Esta escena, reproducida durante décadas, captaría de modo recurrente la atención de fotógrafos profesionales y aficionados, convirtiéndose en una de las imágenes más características de Sada”.

La extracción de este crustáceo decayó en los años sesenta, ya sea por la modernización de la flota de cerco, su depreciación o por la progresiva reducción de las explotaciones agroganaderas (el patexo era muy utilizado como abono).

El historiador de la Asociación Irmáns Suárez Picallo aporta también más de un motivo para proteger a Balbina. Esta embarcación es la última lancha patexeira de Sada conservada. Fue construida en 1944 por el carpintero de ribera Constantino García y armada por la familia López Neira. Balbina se dedicó fundamentalmente a la captura del patexo, conserva aún el motor que le instalaron en 1958 y probó otras artes antes de su triste naufragio en tierra firme.

“Es una embarcación de extraordinario valor cultural por ser la última de sus características, por su infrecuente antigüedad y por su buen estado de conservación. Se trata de un referente icónico de Sada con presencia en el imaginario colectivo”, concluye el historiador, que cree que el rescate de Balbina por parte del Concello constituye una “oportunidad” para recuperar la historia marinera de la villa.