En el despacho de Vicedirección solo hay sitio para el color amarillo. Hay cajas de plátanos por todas partes. Personal administrativo y profesores andan por los pasillos con palés y cajas. Toca el timbre del primer recreo y ya tienen todo montado para que el alumnado se lance a por la fruta: tocan mandarinas. Hay un gran perdedor en el instituto María Casares de Oleiros: los fabricantes de gusanitos. En este centro público se está produciendo una revolución silenciosa que aúna alimentación saludable y cuidado del medio ambiente gracias al esfuerzo conjunto de la asociación de madres y padres (Anpa), la directiva y el Concello.

“En septiembre, al inicio del curso, la cafetería estuvo un tiempo cerrada y observamos que los alumnos traían de casa cosas para la merienda que eran sanas, no eran lo que compraban en la cafetería de aquí, chucherías y bollería industrial. Y además, se generó muchísima menos basura, bolsas, envoltorios. Empezamos a pensar en hacer un plan de cambio de hábitos, porque si de casa no traían esos productos, había que cambiar para que tampoco los consumiesen aquí”, explica María José Rivera, integrante del Anpa.

Tras el germen de esta idea que nació de la observación, se celebró un consello escolar y de ahí surgió la creación de una comisión, integrada por representantes de progenitores, profesorado y Concello, y con la colaboración de la cadena Gadis y la frutería local La Huerta. Los días 23 y 26 de marzo se repartieron en los recreos manzanas y peras gratis. Ayer fueron mandarinas y hoy toca plátanos.

Los profesores y el personal administrativo no dejan de mirar los pasillos con asombro. Antes estaban llenos de restos de gusanitos. Ahora resplandecen de limpios. Los docentes aseguran que los alumnos más pequeños están más acostumbrados a comer fruta y después van perdiendo el hábito y a los más mayores es a los que más les cuesta dejar las chucherías y bollería. Esta iniciativa sin embargo está dejando huella. En el recreo, alrededor del instituto, se ven un par de bolsas de productos procesados, pero la gran mayoría está pelando mandarinas.

“A mí me encanta la fruta, siempre cojo más de una pieza, y además está buenísima. La mandarina me gustó mucho y la manzana también, lo que menos, la pera”, explica uno de los alumnos, Iván. “Sí es cierto que lo normal es coger bollería de la cafetería pero es bueno iniciarse en las frutas y cosas saludables. Ojalá fuese así todos los días”, asegura otra estudiante, Maya. “A mí la fruta como que me espabila, me pone loco, con una napolitana no, estoy dormido toda la hora”, asegura Carmelo. “Si hubiese fruta en la cafetería yo compraría más veces”, añade Martín. “Y además te dan un agua, un puntazo”, agrega Emilio, alumno también del instituto María Casares.

“Además del reparto de fruta en los recreos se han realizado otras iniciativas. Hicimos un concurso de carteles referentes a la vida saludable, que están expuestos en la entrada, y el Ayuntamiento les dio charlas de vida y hábitos saludables, medio ambiente, eliminación de residuos”, indica María José Rivera. Otra acción complementaria fue la realización de encuestas entre el alumnado y los progenitores preguntándoles qué les gustaría tener en la cafetería. “Los alumnos han dicho cosas como smoothies, y en frutos secos, anacardos, que nos ha sorprendido”, añade María José Rivera.

En este proyecto de alimentación y hábitos saludables también ha colaborado el Club de Ciencias del centro. “Nos pidieron desde el Club de Ciencias que colaborásemos y vamos a hacer un proyecto de vídeos donde los alumnos analizarán el contenido de azúcares, grasas saturadas y aditivos de alimentos que consumen normalmente y tienen que proponer alternativas más saludables. Esto se lo tendremos en cuenta en el tercer trimestre por el trabajo extra que supone. Al unir la alimentación sana con este proyecto de vídeo y edición, están muy motivados”, subraya Aroa Luengo, profesora de Biología y Geología.

“Algunos están encantados, a otros les cuesta. Da gusto verlos comer fruta. Hay muchísimos menos residuos. Estamos haciendo encuestas a ver qué nos gustaría tener en la cafetería porque queremos para el futuro un cambio total, aunque de forma gradual, y colaborando también con el responsable de la concesión de la cafetería”, destaca María Gómez, secretaria del instituto y representante del equipo directivo en esta comisión de recreos saludables.

El objetivo final es cambiar la alimentación de la cafetería del centro por otra más saludable, de forma que todos ganen y tratando de adaptarse poco a poco. “Nuestro objetivo es introducir en la cafetería estos alimentos sanos, no solo fruta, bocadillos de calidad, y si hay algún dulce, que sea de panadería y no industrial. Porque es muy fácil vender bolsas, bolsas de gusanitos, de Chaskis. Pero son alimentos llenos de azúcas y se genera mucho plástico”, recuerda la representante del Anpa en esta comisión. Hoy el despacho de Vicedirección se vaciará de plátanos.