Adaptarse o morir. Más de un año después de convivencia con el coronavirus, la música pide paso. Bandas y artistas necesitan volver a los escenarios y, sobre todo, al contacto con su público. Aunque sea con aforos reducidos, con distancia y con mascarilla. Ciudades como Vigo ya se adelantaron a esta adaptación a la nueva normalidad con festivales al aire libre en el que el espectador ha tenido que cambiar los saltos por la silla. También el Atlantic Fest, en Vilagarcía de Arousa, ha dividido su cartel para ofrecer un concierto —o dos— al día. En Ferrol preparan el Nachiños Fest y en Bueu han anunciado los principales nombres del SonRías Baixas. Hace pocos días, Santiago celebró la ascensión con música. El directo es posible, aunque no se parezca a lo de antes.

A Coruña. La situación sanitaria será la que determine cómo se celebran las fiestas de María Pita y el festival Noroeste. Agosto suele ser sinónimo de música en A Coruña, pero ya el año pasado reinó el silencio. De momento, fuentes municipales no aclaran si ya se ha iniciado la organización de estas citas, aunque sea adaptadas a la nueva normalidad, tan solo que todo dependerá de la evolución del coronavirus. Mientras, los conciertos caen a cuentagotas. La Orquesta Sinfónica de Galicia, desde el Coliseum, su nueva casa, es la única que programa con regularidad. En el teatro Colón, estos días se celebra el Corufest, con la actuación, el sábado, de Aaron Lee. La Diputación lleva jazz a este escenario todos los domingos del mes. En cinco días le toca a María Toro. El festival Elas son Artistas trae el 4 de junio a Carmen Boza. Un mes más tarde, Depedro presentará su espectáculo Érase una vez. Pero, a partir de ahí, aún nada. El Palacio de la Ópera esperaba abrir su temporada de conciertos el 5 de junio con la visita de Sergio Dalma, pero la cita se canceló cuando la Xunta no autorizó desdoblar el aforo del recinto en dos sesiones.

Betanzos y Miño. El Concello de Betanzos sorprendió hace unos días con el anuncio del ciclo de conciertos Pasatempo, que Bad Gyal inaugurará el 3 de julio. También tocarán Bad Gyal, M-Clan, La banda del camión, Taburete y Carlos Sadness. Un festival al aire libre y con aforos limitados. También espera poder celebrar este año el Betanjazz y añadir nuevas citas musicales al mes de agosto, aunque sea con pocas entradas disponibles. En Miño, en Gobierno local ultima el cartel de las fiestas de San Pedro, del 26 al 29 de junio. Ha avanzado que se celebrarán eventos deslocalizados para evitar aglomeraciones y respetar las distancias de seguridad.

Culleredo. El Burgojazz ya tiene fecha. Será entre el viernes 2 y el sábado 3 de julio a partir de las 20.30 horas en el Jardín Botánico. El Concello prevé contratar a una de las orquestas que la Diputación oferta en sus programas. La actuación será previsiblemente en julio y esta prueba también servirá para las Comisiones de Fiestas del municipio, que serán invitadas para ver los protocolos.

Arteixo. Aunque no contempla conciertos masivos como los de antes de la pandemia, Arteixo sí empieza a programar conciertos adaptados a la nueva normalidad. La Fiestas de las Flores, las fiestas patronales de Santiago y otro tipo de actividades de verano se realizarán a través de programas culturales y musicales tanto para el público adulto como infantil que puedan cumplir los protocolos COVID. Para llevar a cabo el Festival Folk de Sisalde, pensado para finales de agosto o principios de septiembre, el Ejecutivo local valorará la situación epidemiológica dentro de unos meses. De momento, la idea es realizar formatos diferentes que permitan mantener las medidas de seguridad.

Carral. En junio, el festival Elas son Artistas lleva a Paulinha a Carral, y entre julio y agosto, el Concello prevé lanzar Culturrúa, una iniciativa mediante la que llenará las calles de música, para niños y mayores. Coincidiendo con la feria municipal tocará Xaracandaina. El ciclo de Músicas Íntimas está programado para los días 3 y 4 de julio.

Cambre. En verano, Cambre quiere homenajear a Xosé Seivane, pues se cumplen 100 años de su nacimiento. El Concello, todavía condicionado por la evolución del coronavirus, no ha concretado qué actuaciones quiere presentar al público. Elas son Artistas también llega hasta aquí, pero todavía no hay fechas marcadas. Se quiere recuperar Temple Jazz. Con incertidumbre por lo que puede pasar en próximos meses, el Ayuntamiento no ha cerrado cartel, pero sí ha avanzado que se cambiará de fechas y se hará, en principio, en septiembre.

Oleiros. Plazas, jardines, paseos y otros espacios públicos servirán de escenario durante este verano en Oleiros, donde del 16 al 18 de julio se celebrará el Festival de Artes Escénicas de Rúa, en el que habrá actuaciones musicales para niños y mayores. La feria de alfarería tradicional Alfaroleiros, marcada para agosto —del 4 al 8— contará con una programación complementaria con conciertos que se celebrarán en el parque Luis Seoane y en la plaza Esther Pita.

Sada. El municipio ya celebró el festival Touliña Pop con aforos muy reducidos y prevé unas fiestas del Carmen (16, 17 y 18 de julio) con pequeños conciertos, espectáculos de acrobacia y magia, mercado marinero y patexeiros. El Concello prevé celebrar la Feria Modernista (31 de julio y 1 de agosto). El programa está condicionado por las restricciones sanitarias, pero el Concello confirma el tradicional picnic, pasacalles y actividades musicales y de ocio de pequeño formato. Para las fiestas de agosto prevé ambientación en la calle, un concierto de Elas son Artistas, pero no habrá sardiñada ni orquestas. El Concello prevé celebrar actividades por las parroquias, desde cuentacuentos a monólogos, espectáculos de magia y proyecciones de cine.

Barcelona cede el Castell de Montjuïc para conciertos y Bilbao apuesta por citas matinales

Las imágenes del concierto de Love of Lesbian en Barcelona con 5.000 personas en el público dieron la vuelta al mundo. ¿La clave? Mascarilla, test de antígenos y responsabilidad. Además de las ganas de volver a sentir un directo. Ejemplos que la cultura, y en este caso la música, es segura. Pero hay más alternativas y, en ocasiones, los ayuntamientos tienen la llave en la mano. Barcelona lo ha vuelto a hacer y esta vez ha cedido una zona del Castell de Montjuïc para que las salas de la Ciudad Condal puedan programar conciertos en este espacio durante el verano. Una forma de llevar estas salas a la calle y darles un empujón cuando todavía se encuentran en crisis. Un espacio de estas características en A Coruña se puede encontrar en el parque de Santa Margarita, donde hay un auditorio al aire libre. Mientras, en Bilbao, el Ayuntamiento ha apostado por las sesiones matinales con un ciclo de conciertos para jóvenes. Son actuaciones de pequeño formato, con limitaciones. Salamanca, por su parte, ha decidido celebrar las fiestas de San Juan con cinco conciertos que se llevarán a cabo en el Centro de las Artes Escénicas y de la Música. Iniciativas para no parar.