Arrojamos al mar el equivalente a un camión de plásticos por minuto. Este dato, a partir de una noticia en prensa, fue el punto de partida de Tomás López Vizcaíno, Roi Suárez López y Diego Vidal Gil, alumnos de segundo de bachillerato del instituto María Casares de Oleiros que en los últimos seis meses han trabajado en un proyecto ambiental que presentaron al Reto Big Data que patrocina La Caixa. Fueron 1.400 proyectos participantes y entre los trece seleccionados solo un equipo gallego, el de estos estudiantes oleirenses, junto a su profesora Consuelo Castro.

Estos tres jóvenes llevaron a cabo el proyecto 1 billete, 30 botellas en el instituto, para concienciar a la comunidad educativa y a la sociedad en general de la necesidad de reciclar la inmensa cantidad de plásticos que generamos. Su acción consistió en cambiar envases de plástico por billetes de transporte o para espectáculos.

Aunque fueron seleccionados, al final no lograron ser campeones y obtener el viaje a Mallorca pero fueron felicitados por la comunidad educativa y además esta iniciativa despertó también el interés del Concello de Oleiros, que junto con la profesora Castro, coordinadora del proyecto, inició una experiencia piloto en once aulas del propio centro.

En las aulas se colocaron contenedores facilitados por Ecoembes y el Ayuntamiento premió con un viaje al grupo de estudiantes que recogió más plástico: los alumnos de segundo A de bachillerato, que irán de viaje a las Cíes.

Premios

El segundo premio, un viaje a las dunas de Corrubedo, fue para segundo E de la ESO; y el tercero, para primero A de bachillerato que irán a Costa da Morte. Ayer el alcalde y la concejal de Educación entregaron los premios a estos ganadores del instituto María Casares.

Este instituto está marcando ruta por su apuesta decidida por el medio ambiente y la alimentación saludable, dentro de un plan más ambicioso liderado por el Consello Escolar y la Asociación de Nais e Pais de Alumnos (Anpa). Implantaron hace poco una semana de recreos saludables en la que el profesorado repartía fruta entre el alumnado, para cambiar los hábitos de consumo, entre otras iniciativas.