La Opinión de A Coruña

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Las tiendas se ‘ultramarinizan’

Fruterías que también tienen carne, estancos que venden libros. Los locales de barrio de Oleiros se reinventan y diversifican producto para atraer clientes y que no vayan a grandes superficies

Manuel Naveira (dcha.) propietario de Frutería La Huerta de Santa Cruz, con el encargado Diego Vila. | // I.R.

Frutería La Huerta es un miniparaíso de frutas y verduras. Unos espárragos blancos gigantes, unos tomates como de los de antes, unas lechugas de impresión. Todo gallego y mucho de la comarca coruñesa. Pero en el local puedes comprar también una barra de pan, una empanada o unos pasteles, conservas, un jamón de jabugo o una cachucha, garbanzos a granel, distintos tipos de vino, fiambres, una variedad de mieles o unos chicharrones caseros. “Sí, es casi como un minisupermercado, pero en el ramo de la alimentación. Tenemos de todo y el 90% gallego. Al tener tan diversificado tienes más oportunidades. Las grandes superficies además ya no son lo que eran”, subraya Manuel Naveira, propietario de esta frutería que abrió en febrero de 2010 con dos socios y hoy son ocho trabajadores.

“Yo trabajé muchos años en un gran supermercado y lo que es carnicería, frutería, carne y pescado, compro en tiendas, el súper para comprar detergente y así”, señala una clienta atendida por Manuel Naveira, que precisamente montó la frutería tras unos años trabajando en una gran superficie comercial y ver que había un hueco de mercado, sobre todo en fruta y verdura de calidad, “sin cámara”.

Nemesio Cotón, propietario de la Carnicería Curtis de Santa Cruz. | // I.R.

Las pequeñas superficies, locales de barrio, han sufrido una reinvención en los últimos años, se han convertido en minisupermercados, casi como los viejos ultramarinos, para ofrecer la mayor diversidad de productos al cliente y que éste no tenga la tentación de ir a la gran superficie, donde la mayor ventaja, además de variedad, es el ahorro de tiempo.

Nemesio Cotón es el responsable de Carnicería Curtis, también en Santa Cruz. El local, abierto desde 1995, ofrece, como su nombre indica, carnes, todo ternera gallega. Pero también vende fruta, vino, pan, aceite, morcilla, fiambres, refrescos, mermeladas, bacalao salado, membrillo de El Bierzo, tarta de maíz de Guitiriz. “Lo que más se vende ahora son los platos preparados, sobre todo la ensaladilla y los callos. Ofreces un poco de todo.”, señala Cotón. En Santa Cruz es evidente el gran incremento de población que ha experimentado, profesionales con un poder adquisitivo alto, que quiere “producto de calidad”, como subraya Naveira, y que recurren mucho a los platos preparados ante la falta de tiempo.

Nerea Penela, dependienta en O Estanco de Santa Cristina. | // I.R.

O Estanco es, como dice el nombre, un estanco de Santa Cristina, un negocio abierto hace más de veinte años y que hace dos años y medio cogió Natalia López por traspaso, justo antes de la pandemia. En este espacioso local, además de tabaco se vende literatura. Sobre todo infantil. Pero también tiene toda la variedad de periódicos y revistas y también juguetes, multitud de chucherías, una abundante variedad en papelería. Además, es copistería.

“Es casi una tienda de conveniencia, para que no bajes hasta el supermercado. Los márgenes del tabaco además son muy pequeños y con diversidad de productos te aumenta el ticket medio. Además somos punto de recogida de una empresa de paquetería, y al venir a recoger el comprador también para a comprar otras cosas, es otro punto de diversificación más. Es una tendencia que viene para quedarse”, señala López.

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