A comienzos de este mes de septiembre técnicos de la Xunta hallaron en un solo día una treintena de gaviotas muertas y otras heridas en el entorno del embalse de Vilagudín (entre Ordes, Cerceda y Tordoia) y se decretó la veda en esta presa ante la sospecha de otro episodio de botulismo. Desde la recogida de ese día la Consellería de Medio Ambiente, a pesar de ser consultada en dos ocasiones, no ha informado si se han hallado nuevos ejemplares muertos ni si se analizan las causas. Un grupo de ornitólogos aficionados de Santa Cruz ha alertado de que el pasado día 24 se encontraron seis gaviotas también muertas en la playa de Bastiagueiro en Oleiros y otras que se alimentaban de ellas.

Vecinos de la ría de O Burgo también han informado de que han visto alguna muerta en el entorno de Beiramar. La asociación ecologista Adega alerta de hallazgos también en el embalse de Cebre y en la zona de Noia y de posible transmisión de enfermedades a depredadores. Adega reclama a la Xunta una “investigación rigurosa y profunda” sobre las causas de que, al menos desde 2016, cada verano se produzca esta mortandad. Se indica que se debe a botulismo pero sin investigar de dónde sale.