Carlos de Hita | Naturalista que presenta libro en A Coruña e imparte jornada en el Ceida

“La eólica marina es poner murallas en las rutas migratorias de las aves. Es una tragedia”

“Estamos grabando ahora paisajes sonoros de la costa de la Reserva de la Biosfera”

Carlos de Hita, ayer en el faro de la Torre de Hércules, fotografiado por el ornitólogo Antonio Sandoval.

Carlos de Hita, ayer en el faro de la Torre de Hércules, fotografiado por el ornitólogo Antonio Sandoval. / marta villar

Carlos de Hita es el mayor experto en biodiversidad sonora de España, el naturalista más reconocido tras más de treinta años recorriendo y escuchando a la naturaleza por todo el mundo, una persona que sabe cómo suena el frío invernal o un grillotopo. Este jueves 16 de marzo presenta en la librería Moito Conto de A Coruña, a las 19.00 horas, su último libro, Sonidos del mundo. Viajar de Oídas, de Anaya Touring. Además este viernes 17 estará en el Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida), en el castillo de Santa Cruz de Oleiros, para impartir por la mañana la jornada Creación de Experiencias de Ecoturismo en Reservas de Biosfera junto con el biólogo y divulgador Alfonso Polvorinos. Aprovecha también para grabar en la Costa Ártabra y hacer su mapa sonoro.

Sepa que tiene legiones de fans desde los noventa, desde aquel espacio de la Ser con Iñaki Gabilondo donde aprendimos la magia de los sonidos de la naturaleza.

Estuve quince años con Iñaki, y ahora aún sigo con Francino. Era un programa que mezclaba naturaleza, folclore, ciencia, gastronomía. Se dice que estas cosas interesan solo a cuatro especialista pero a veces un gran comunicador como Iñaki Gabilondo decide que es interesante y se convierte en un tema que interesa a mucha gente. Eso demuestra que si se cuentan bien las cosas y son amenas, interesan a todo el mundo.

Su último libro, que presenta hoy, Sonidos del mundo. Viajar de oídas, es un libro sonoro, no un audiolibro, resultado de captar sonidos por distintos lugares del mundo, desde la selva al desierto.

Como digo en el libro yo voy por la vida de oídas. Cuando viajo voy escuchando, voy viendo el mundo a través de los sonidos. Y el punto de vista del que va escuchando está reflejado de dos maneras: a través del texto, porque en él explico cómo suena el lugar y el paisaje o la actividad humana; y al mismo tiempo hay un correlato, unos códigos QR que se pueden descargar y si en el texto yo hablo de un bosque, con el QR tú puedes escuchar ese bosque. Es como las fotografías sonoras, dos relatos en paralelo. Tú no conoces un paisaje hasta que escuchas su banda sonora.

La gente al trabajo puede llevarse un maletín o una carpeta. Usted sale con grabadora.

Llevo una mochila demasiado pesada. Primero de nada, yo llevo una gran capacidad de atención y mucha paciencia porque cuando vas a grabar la actividad de escucha te obliga a ir despacio. No es viajar a echar un vistazo a ver qué ves. Llevo un grabador de sonido bueno y una panoplia de micrófonos. El principal micrófono que utilizo es uno de parábola.

¿Se puede escuchar el sonido de la Naturaleza en medio de una ciudad?

Sí. La naturaleza está ahí, según el momento, la hora y el sitio. Es lo que nos pasó durante el confinamiento, cuando la maquinaria paró y la gente abrió la ventana y dijo: “Suena la naturaleza”. Lejos de la ciudad puede ser más bonita pero también está la naturaleza en la ciudad, debajo del ruido. Y esa búsqueda también es muy interesante, ese sonido te está contando lo que queda de espacios salvajes en las zonas urbanas.

¿Le ha ocurrido que ha grabado en alguna zona natural y años después ha vuelto y ha notado algo diferente, menos cantos de pájaros, por ejemplo? ¿La bióloga Rachel Carson tiene razón, vamos hacia una primavera silenciosa?

Yo llevo grabando treinta y tantos años. El sonido de la naturaleza es el relato de lo que le sucede a la naturaleza. La riqueza del concierto natural es la medida de la biodiversidad. Cuantas más voces hay en un bosque más biodiverso es ese bosque. Y por la misma razón cuando se empobrece el concierto natural, lo que nos está contando la naturaleza es la crisis ambiental. En estos treinta años, en Europa, sobre todo en el mundo occidental, han desaparecido muchísimos animales, la mitad de las voces han callado y eso se nota en el paisaje sonoro, claramente. Hay muchos menos pájaros cantando, muchos menos insectos, muchos menos zumbidos de abejas. Esto indica que la primavera silenciosa no ha llegado, pero el mensaje es cada vez más monocorde. Y luego hay otra cosa, que es el ruido, que se ha extendido muchísimo, y que todo lo tapa. Cada vez llega más lejos, a más sitios y más fuerte. Es un termómetro.

Hay más silencio de la naturaleza y más ruido del ser humano.

Hay menos voces naturales y más ruido de una sola especie, la nuestra.

Hablando de ruido. En Galicia están produciéndose movilizaciones contra el aluvión de proyectos eólicos y ahora también contra la eólica marina. Apenas se habla de cómo será el impacto en los animales, en cetáceos, en las aves.

La energía eólica marina se coloca en las rutas migratorias de las aves marinas, que es donde sopla el viento. Es como poner murallas en medio del viaje de las aves. Está claro, la extensión de la energía eólica y la solar es a costa de la pérdida del paisaje, eso es incuestionable. No sé si hay solución para esto. Se está recurriendo a los espacios más abandonados y de suelo más barato, que coincide con los espacios más valiosos ambientalmente. Estos proyectos no se colocan en polígonos industriales, por ejemplo. Hay un ataque directo a lo poco que nos queda del paisaje.

Para un naturalista esta situación, este futuro, tiene que causar mucha impotencia.

Nos hemos pasado la vida reclamando alternativas de energía limpia y cuando llegan las van a poner donde nadie debería atreverse, en los lugares en general mejor conservados. Porque son los más baratos. Es una tragedia, no tengo respuesta para eso. Lo único que puedo hacer es documentarlo, seguir grabando para contarlo.

Mañana imparte una jornada en el Ceida de Santa Cruz y también está grabando sonidos en esta costa ártabra.

Estamos empezando un proyecto de colaboración con el Ceida y estoy grabando los paisajes sonoros, biofonías, de la costa de la Reserva de la Biosfera, del mar ártabro. Más allá del ruido hay muchas voces, animales, paisajes que nos cuentan cosas. Es una primera visita para empezar a acumular ese material para hacer una especie de mapa sonoro de esta zona ártabra, a qué suena esta zona, si le quitas el ruido del tráfico.

¿Será un documental?

Ya veremos, de momento estamos acumulando la material prima, conociendo el territorio. Lo difícil es grabar esto sin que te moleste todo lo demás. Se trata de buscar huecos donde la naturaleza se escuche bien. Por eso hay que ir de oídas.

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