¡Aspadisol en el puente de mando!

Usuarios con diversidad funcional de Oleiros disfrutan de una jornada a bordo del SAR Gavia de Salvamento

Una maqueta del SAR Gavia hecha por usuarios de Aspadisol, regalo al capitán Mirapeix.   | // VÍCTOR ECHAVE

Una maqueta del SAR Gavia hecha por usuarios de Aspadisol, regalo al capitán Mirapeix. | // VÍCTOR ECHAVE / Marta Villar

“¿Pero por qué no podemos ir con ellos hasta Santander?”, repetía con pena David, enamorado del barco y de la experiencia de conocer y recorrer un buque de Salvamento Marítimo como es el SAR Gavia con base en el puerto de A Coruña. David fue uno de los 16 usuarios de Aspadisol, la asociación de personas con discapacidad psíquica de Oleiros, que ayer vivieron una jornada de aprendizaje, ilusión y enorme alegría con ayuda del personal de la entidad como los cuidadores y la directora y toda la tripulación del remolcador, con el capitán Francisco Mirapeix al frente.

Aspadisol sube al SAR Gavia

Aspadisol sube al SAR Gavia / VICTOR ECHAVE

El mar tiene un idioma propio donde babor es la izquierda y una cuerda es un cabo y un barco de salvamento además está lleno de llamativos colores y piezas como la grúa o grandes ganchos, que llamaron la atención de los visitantes, que no se cansaron de preguntar qué era cada cosa o qué había detrás de cada puerta.

Usuarios de Aspadisol en el puente de mando del buque con el capitán

Usuarios de Aspadisol en el puente de mando del buque con el capitán / I.R.

La iniciativa de esta excursión surgió entre José Luis Deán, cocinero del SAR Gavia, y su hija Sheila, que es una de las trabajadoras de Aspadisol. José Luis cocina cada día para una docena de personas, la tripulación del buque. Lleva 16 años en este servicio y veinte de cocinero, tras unos años en embarcaciones de pesca que iban al Gran Sol. Ayer el menú era “caldo de repollo, espaguetis a la marinera y tarta helada”.

Saludo de usuarios de Aspadisol desde el buque de Salvamento Marítimo

Saludo de usuarios de Aspadisol desde el buque de Salvamento Marítimo / VICTOR ECHAVE

“Me parece una iniciativa maravillosa y es una alegría verles tan felices. Yo siempre apuesto por estas actividades. Acabamos de estar en Burela y vino de visita al barco también un colegio”, subrayó el capitán Francisco Mirapeix, que disfrutó tanto como todos los usuarios en esta visita.

Usuarios y trabajadores de Aspadisol y tripulación y capitán (a la izquierda, arriba) del SAR Gavia de Salvamento Marítimo, ayer en el puerto de A Coruña.   | // VÍCTOR ECHAVE

Usuarios y trabajadores de Aspadisol y tripulación y capitán (a la izquierda, arriba) del SAR Gavia de Salvamento Marítimo, ayer en el puerto de A Coruña. | // VÍCTOR ECHAVE / Marta Villar

El capitán les enseñó las salas e instalaciones, los comedores, la cocina, y lo que más les gustó a todos, el puente de mando, donde uno por uno se sentaron en el sillón de Mirapeix, utilizaron sus prismáticos y al final pudieron tocar la sirena, o tifón como se llama a bordo. Sonó tantas veces que fue una fiesta, intercalada con montones de aplausos y abrazos.

El capitán del buque Francisco Mirapeix con  usuarios de Aspadisol

El capitán del buque Francisco Mirapeix con usuarios de Aspadisol / VICTOR ECHAVE

Los usuarios además sorprendieron al capitán: le regalaron una reproducción exacta del SAR Gavia, en madera, realizada en los talleres de Aspadisol. “Estoy muy contenta. Yo primero fui voluntaria antes que trabajadora. Son como mi familia. Estoy muy satisfecha de verles tan contentos”, destacó Sheila Deán.

Posado final de tripulación del SAR Gavia y usuarios de Aspadisol

Posado final de tripulación del SAR Gavia y usuarios de Aspadisol / VICTOR ECHAVE

“Qué limpito está todo”, aseguró Teresa, usuaria también de Aspadisol que afirmó que la experiencia fue “para repetir”. Aspadisol es una entidad social que en 2023 cumple treinta años de vida desde que fue constituida por “cuatro padres que vieron unas necesidades a las que dar respuesta”, subrayó la directora del centro, Yolanda Prieto. “Somos un centro pequeño, con un trato muy familiar y una ratio alta de monitores. Tenemos veinte plazas públicas y cinco privadas, para usuarios adultos a partir de 16 años con discapacidad intelectual procedentes de toda la comarca”. explicó Prieto, que añadió que aún tienen algunas plazas disponibles.

El cocinero del SAR Gavia José Luis Deán, su hija Sheila, cuidadora en Aspadisol, y Paco, un usuario del centro.

El cocinero del SAR Gavia José Luis Deán, su hija Sheila, cuidadora en Aspadisol, y Paco, un usuario del centro. / VICTOR ECHAVE

En Aspadisol los usuarios disfrutan de gimnasio, piscina, informática, jardinería o talleres de madera. Tienen invernadero propio y un compostero con el que lograron el “residuo cero” y los propios vecinos de la zona les llevan sus restos y restos de poda para reciclar. La mañana finalizó con una comida que preparó José Luis en la cubierta de proa.

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