Una infancia de cuento en Culleredo
El contacto con la naturaleza y la atención individualizada, principales ventajas de estudiar en unitarias como las del CRA de Culleredo, que ofrece visitas a familias hasta el día 29
Hacer una tortilla con las patatas que uno mismo ha plantado con sus compañeros o preparar un zumo con las naranjas recogidas del patio, subir a una higuera bajo la atenta y colaborativa mirada de una profesora, pasar el recreo enfundado en botas de agua pisando verde o improvisar un columpio con una cuerda y un camelio. Actividades que son lujos excepcionales para los niños criados entre asfalto forman parte de la normalidad de los pequeños que estudian en el CRA (Centro Rural Agrupado) de Culleredo. El contacto con la naturaleza y la atención individualizada son las principales ventajas de comenzar la vida académica en estos centros, que celebran puertas abiertas hasta el día 29 de este mes en citas individuales con cada familia para dar un trato más personalizado, acorde al que reciben los pequeños.
“Lo que siempre se dice de dar una atención individualizada y respetuosa con los niños, aquí es real. Yo tengo 12 en el aula, puedo satisfacer las necesidades emocionales de cada niño”, asegura la directora del CRA, Carlota Sánchez, que es maestra en la escuela de A Choeira. El entorno, además, les permite “un desarrollo brutal”, garantiza. “Me los llevo a la carballeira que hay detrás del pabellón de Almeiras varias veces al año: hacen suyo el espacio, lo ven en otoño y luego observan los cambios en invierno y primavera. En otoño recogimos hojas, las bordamos y las colgamos en el aula”, describe.
Las aulas son mixtas, otro aspecto que, según la docente, favorece la evolución de los chicos. “Eso siempre enriquece muchísimo porque los pequeños aprenden de los mayores y los mayores adquieren valores como la paciencia, y se fomenta el cuidado. Y yo no soy la única profe en el aula. Hacen tutoría entre iguales”, explica Sánchez y cuenta entre los beneficios de mezclar en una misma clase a niños de 3 a 6 años que “cuando acabas de aprender algo, si lo tienes que explicar a alguien, lo interiorizas de todo”.
“¿Cómo vas? ¿Te ves seguro?”, consulta respetuosa y cercana la maestra y directora a un niño que se mide con cautela subiendo a un árbol. “Es el árbol favorito de los niños y el árbol de la paz. Metimos mensajes escritos por cada uno de ellos en botellas”, cuenta Sánchez ante los extraños y decorativos frutos de vidrio que visten la higuera. Esa parte, la más alta del recinto, es la preferida, cuenta. Aunque el arenero, abajo, casi frente a la entrada al inmueble, despierta también sonrisas y juegos. “Si un niño necesita cambiarse, podemos atenderlo. Incluso puedo decirle que se cambie él y no lo acompaño”, detalla la directora. Otra ventaja de ser pocos. En concreto, 22 en A Choeira —once en cada una de las dos aulas— y 17 en Sésamo. En total, las cuatro unitarias que integran el CRA junto con Ledoño y Vinseira suman unos 60 pequeños. Cinco maestras tutoras, un especialista en Audición y Lenguaje, una maestra de Inglés, uno de Psicomotricidad y otro de Música componen el claustro.
“Viene gente de A Coruña”, asegura Sánchez respecto al centro de A Choeira. También a Sésamo llegan niños cuyos padres prefieren hacer el “sacrificio” y la inversión de tiempo de acercarlos desde sus viviendas, no siempre muy cercanas, con tal de regalarles esa infancia.
Suscríbete para seguir leyendo
- Familias piden a la Xunta “medidas urgentes” por la falta de limpieza del colegio de O Graxal
- La Policía Local detiene en Arteixo a un hombre en busca y captura
- Finca Tenreiro se abre a la juventud
- La vecina de San Fiz Josefa Gándara Vasco celebra sus cien años arropada por su familia y allegados
- El Arteixo de los mil idiomas
- Un detenido y una investigada en Oleiros por una docena de robos y hurtos
- Fallece en Dexo el copropietario de la discoteca Chevalier de Santa Cristina, Ángel Canle
- Meicende celebra hoy y mañana las fiestas en honor a San Xosé Obreiro