Fernando Valladares | Biólogo, divulgador e investigador del CSIC

“Invertimos el 99% en curar en lugar de en prevenir porque es donde está el negocio”

“¿Por qué no arreglamos el cambio climático? Porque no queremos. Pero creo que al final vence el sentido común”

Fernando Valladares

Fernando Valladares / L.O.

Fernando Valladares Ros, uno de los científicos más citados en el mundo y autor de más de 450 artículos y libros, es doctor en Ciencias Biológicas y profesor en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), donde dirige el grupo de Ecología y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales. Realiza divulgación científica a través de sus redes sociales y en artículos en prensa y ha recibido varios premios por su labor . Valladares, junto con el hematólogo Alejandro Madrigal, debate hoy en el castillo de Santa Cruz sobre la salud del planeta y el bienestar humano en un encuentro sobre la Agenda 2030 organizado por el Centro de Extensión Universitaria e Divulgación Ambiental de Galicia (Ceida).

No nos damos cuenta de que la salud humana depende de la salud de los animales, las plantas, el planeta, que todo está relacionado.

Claro, porque el concepto tradicional de salud es un hospital, una bata blanca, una vacuna. Pero eso hoy en día es casi lo de menos, lo vimos con la COVID. Seguimos invirtiendo el 99% del presupuesto en curar a gente enferma en lugar de evitar que la gente enferme. No solo por ignorancia o inercia, sino porque es donde está el negocio, prevenir no da dinero, curar a la gente enferma sí. Esa es la trampa del sistema en el que hemos aceptado vivir.

No nos importa hundirnos mientras la orquesta siga tocando.

Exacto, es otra de las imágenes icónicas de esta civilización, que sobre todo está pilotada por el norte global que cree que con nuestra tecnología somos inmunes a enfermedades infecciosas o problemas de lluvia o temperatura, y parece que la realidad nos tenga que dar una bofetada para que nos demos cuenta.

Muchos científicos abogan por el decrecimiento, pero ya reciben críticas y acusaciones de querer regresarnos a las cavernas.

Se hacen este tipo de réplicas absolutamente desnortadas. El decrecimiento económico es algo que lleva treinta años como teoría, veinte años como datos y diez años como experimentación. El decrecimiento no es algo opcional, no lo podemos elegir, eso va a ocurrir. Solo podemos elegir pilotarlo, anticiparnos, tomar medidas para amortiguar sus efectos más adversos.

¿Decrecimiento o extinción?

La extinción es uno de los escenarios más tremendos. Los científicos hablan de escenarios, como el de un colapso, en distintos grados. La ciencia sabe como evitar los peores efectos pero la decisión, la solución, no es científica ni tecnológica, es humana, es política, es que decidamos ir por esa senda. Si no nos decidimos a hacer cambios profundos, estamos perdiendo un tiempo muy valioso.

Explotamos la tierra, los árboles, los animales. Ahora un país quiere abrir minas bajo el mar. No se ve que cambiemos ni mejoremos.

Hay muchas razones para ser pesimistas pero yo todas las mañanas me levanto buscando razones para ser optimista. Por eso titulé mi libro La recivilización, porque creo que hay que cambiar el modelo, pero hace falta encontrar las ganas para hacerlo. Muchas veces decimos ¿por que no arreglamos el cambio climático? Porque no queremos. Hay cuatro claves de la sostenibilidad que no las estamos cumpliendo: ir al 100% de energías absolutamente renovables; reciclar todos los minerales claves para nuestro desarrollo tecnológico; consumir los recursos a medida que se producen y no a mayor velocidad; y la cuarta, producir residuos por debajo o a la par que la naturaleza los puede gestionar. Esto es lo que hay que hacer para darle continuidad a nuestro modo de vida en el planeta y no lo estamos tomando en serio. Pensamos que con la tecnología maravillosa que alguien algún día encontrará soslayaremos esa encrucijada. Pero la tecnología es siempre una herramienta, nunca la solución. Creo que hay margen para ser optimista pero optimista currante. Creo mucho en el poder de las personas. Al final vence el sentido común.

Estamos asustados con la inteligencia artificial. ¿Puede usarse en favor del planeta?

Totalmente. En mi web La salud de la humanidad, dediqué un tema extenso a la inteligencia artificial. Es una herramienta muy poderosa. Cuanto más potente es una herramienta, más responsabilidad. Puede ser utilizada mal pero también predecir, por ejemplo, huracanes. Lo que no sé es si la humanidad preparada para actuar con responsabilidad. No hay que tenerle miedo sino respeto.

Estamos viendo las manifestaciones de agricultores que atacan hasta la Agenda 2030, rechazan eliminar pesticidas.

Para mí lo que ahora caracteriza a la humanidad es una gran confusión. Esta confusión enriquece a unos pocos, las grandes empresas, inversores, mientras los demás sufrimos consecuencias, la clase trabajadora y el medio ambiente. Me coincidió una tractorada en Madrid y me dan pena las reivindicaciones absurdas como el no a la Agenda 2030 cuando ellos reciben grandes cantidades de la Agenda 2030. Y esa agenda son derechos humanos, ¿como van a estar en contra? Eso es no entender nada. Muchas veces tiran piedras contra su tejado, pero no es culpa suya. Es síntoma de una civilización que choca contra sus propios límites, contra sus contradicciones. Necesitamos tiempo y reflexión y no los hay. Es un problema complejo que no se puede resolver a golpe de insultos. Y encima es terreno abonado para que se manipule políticamente como se está haciendo. Tenemos que canalizar su enfado, comprensible, hacia soluciones reales. Nunca hablamos de los grandes inversores ni los intermediarios. Los políticos apagan fuegos, ponen pequeñas tiritas para ir trampeando unos años más. Pero tenemos que arremangarnos y trabajar.

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