Betanzos, entre el corazón y la mente

El artista Bruno Díaz expone en el Espazo Xove para evocar “la belleza de las sensaciones”

El artista Bruno Díaz, ayer, en su exposición en el Espazo Xove de Betanzos.   | // LOC

El artista Bruno Díaz, ayer, en su exposición en el Espazo Xove de Betanzos. | // LOC / Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

Mono no aware una expresión japonesa que hace referencia a las cosas y momentos fugaces que destacan por su esplendor, hasta el punto de llegar al alma y el corazón de las personas. Es, también, el título que ha escogido el artista coruñés Bruno Díaz para bautizar la exposición de dibujo que ayer inauguró en el Espazo Xove de Betanzos. La muestra cuenta con once obras en las que el dibujante quiere transmitir “la belleza de las sensaciones que todo el mundo vive a lo largo de su vida”, tales como el paso del tiempo o la dicotomía entre los deseos del corazón y los de la mente. El artista confía en que sus diseños puedan servir de inspiración a los adolescentes betanceiros que vean reflejadas muchas de sus emociones e impresiones.

“Encontré el concepto mono no aware hace tiempo y me encantó para definir la exposición. Al final, circunstancias que vivimos todos: pérdidas, situaciones amorosas y amistades”, explica Bruno Díaz. Reconoce que el desafío no ha estado en identificar los asuntos que tratar, sino en plasmarlos de forma clara en una sola imagen. “Una vez se ven los dibujos, se entienden bastante bien”, apunta. Además, también ha abierto un portal donde complementa las explicaciones de los dibujos expuestos en el Espazo Xove.

Aunque la exposición carece de un orden específico, el autor sí pone el punto de partida en una ilustración en concreto en la que un corazón y un cerebro tiran de los brazos de un maniquí, cada uno hacia un lado. “El maniquí es el hilo conductor de todos los dibujos, así todo el mundo se puede ver reflejado”, detalla Díaz, que ve en esa dualidad entre alma y mente una preciosa batalla que “depende de la situación”, gana una u otra. “Hay dibujos que hablan de temas opuestos. En unos pesa más el corazón y, en otros, la cabeza. Aquí no hay una norma exacta, lo que pienses que es correcto, está bien”, considera Bruno Díaz.

Esta exposición es un paso adelante para el artista, que resalta que el dibujo es una afición de toda la vida. “Todos los niños empiezan a dibujar porque les gusta, pero yo seguí y me mantuve porque me encanta”, relata. Ante la posibilidad de mostrar sus trabajos y sus pensamientos ante el público juvenil, no tuvo dudas. “El dibujo es una forma de educación no formal que me encanta. Si puedo trasmitirles algo a los adolescentes y hacerles pensar, ya me doy por satisfecho”, apunta el dibujante, que espera llegar a este público con asuntos como enamorarse, sentirse lastimado o experimentar una pérdida temprana. “Aunque no te haya pasado, te puedes sentir identificado”, estima.

No es la primera vez que sus trabajos están relacionados con un público joven. Estudió el grado de Educación Primaria y confía en ser profesor en el futuro. “Trabajo todos los veranos con adolescentes y espero poder llevarles esta faceta. Les he mostrado mi hobby y pienso que puede ser una herramienta pedagógica”, opina, al tener en cuenta que el dibujo es una “maravillosa manera” de captar la atención de los más jóvenes.