Entre las playas de Sant Adeodat, Binicodrell y Talis, el hotel Villa Le Blanc Gran Meliá se erige en un entorno natural de la costa de Migjorn para recuperar el paisaje de las masías, honrar a los pescadores, campesinos y artesanos sin olvidar la gastronomía más arraigada de esta calmada isla en la que poco más de 50 kilómetros separan la punta oriental de Mahón de la occidental de Ciutadella.Se trata de un enclave costero ideal para descubrir todos los atractivos culturales y naturales de Menorca, como son la Catedral-Basílica de Santa María, el Fuerte Marlborough o la galería de arte Hauser & Wirth en Illa del Rei.

Declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, Menorca es mar, pesca y el punto más al Este bañado por los primeros rayos del sol, pero también es un paisaje de campos y caminos rurales salpicados de masías de colores tierra.

Como ocurre con las casas de la isla, siempre orientadas al sur, Villa Le Blanc es un homenaje a la auténtica Menorca de antaño. De la estructura regia de los palacios y casas señoriales del centro histórico de Ciutadella, el hotel replica una arquitectura basada en arcos y soportales mediterráneos. En el interior presenta el equilibrio de materiales como la piedra, maderas, muebles a medida, telas ligeras, linos y orfebrería popular hecha por artesanos locales que colorean los espacios comunes mientras que las piezas de arte adornan paredes y estancias.

El proyecto liderado por el arquitecto Álvaro Sans y por su hija Adriana Sans, del estudio ASAH, combina un diseño contemporáneo envuelto en sencillez y detalles.

Lobby decorado con artesanía de la isla.

“Con una mirada técnica, rescatamos la tradición de las tejas, que en Menorca se han utilizado a lo largo de los tiempos pensando en los inviernos lluviosos y que, tradicionalmente, se pintaban de blanco para repeler el calor en verano”, explican Álvaro y Adriana Sans.

Guiños a la artesanía local

Así, este estilo con guiños a la artesanía local se mezcla con las líneas geométricas que siempre miran al Mediterráneo. Unido al proyecto de Álvaro y Adriana Sans para dar forma a exteriores e interiores de Villa Le Blanc se encuentra el trabajo paisajístico desarrollado por Alfonso Pérez, experto en jardinería formado en el Real Jardín Botánico de Madrid.

El objetivo perseguido es reivindicar la naturaleza endémica de Menorca, a través de su rica vegetación y flora. El omnipresente olivo, junto con los granados, el ciprés y arbustos y plantas de menor tamaño como el hipérico balear, la siempreviva y la lavanda rizada, dan forma a este espectacular telón de fondo botánico, que complementa el marcado carácter mediterráneo del hotel.

Homenaje al producto balear

En el plano gastronómico, el hotel es todo un homenaje al producto balear, con una cocina exquisita a base de materias primas de la isla en sus distintos restaurantes.

El restaurante menorquín S’Amarador es todo un referente en Ciutadella. Conocido por su bodega con más de cien referencias y por trabajar con el mejor producto local para dar forma a sus deliciosos arroces, calderetas y los pescados mas frescos de la lonja, con especial atención a la reina del mar balear: la langosta roja de Menorca.

Situado en la planta baja del hotel y en la terraza central mirando al mar, el restaurante S’Amarador ofrece un homenaje a la cocina de su restaurante madre en el nuevo Villa Le Blanc.

Por otro lado, CRU Raw Bar & Cocktails es una oda a la riqueza gastronómica de la isla, a la tradición pesquera menorquina y al mundo de la mixología desde un punto natural, donde los aromas ganan terreno gracias a la utilización de hierbas como el tomillo, la albahaca o la lavanda. 

Un concepto creado por Joan Canals para el hotel, cuya filosofía “del mar a la mesa” refleja la personalidad del emblemático restaurante Ulisses, ubicado en el mercado de Ciutadella.

Bocados crudos que van desde sabores marinos a través de su flora y fauna como pescados, ostras, mariscos, ortigas, pasando por productos de la tierra como los preciados quesos mahoneses D.O.P.

Canals se desenvuelve a la perfección integrando todo ello con ejecuciones contemporáneas. Esto da como resultado platos como el taco de ventresca de atún rojo con espinacas y piñones tostados o el salmonete de roca soasado, caramelo de sus espinas, salmorejo picante y alioli de lima, toda una declaración de intenciones que redefine la cocina hacia un genuino nuevo universo gastro menorquín.

En NIVI, el restaurante ofrece al comensal una experiencia basada en las materias primas de primera calidad elaboradas, en su mayoría, a la brasa y en horno Josper.

Vista del hotel en la playa de Santo Tomás.

Villa Le Blanc Gran Meliá es un prototipo de hotel neutro en carbono, el primero en la isla de Menorca y un hito importante para el grupo en el marco de su estrategia medioambiental. Para ello, el hotel incorpora instalaciones y tecnologías de última generación que le permitirán reducir sus emisiones de alcance 1 y 2 en un 87%. Además, el hotel se encuentra explorando alternativas para compensar el remanente de emisiones y asegurar así su neutralidad plena en carbono.