Una nueva tripulación de la nave estelar Entreprise vuelve a surcar el espacio para llegar a mundos donde nadie ha podido llegar. ¿Quién nos hubiera dicho hace unos años que íbamos a contar hasta con cuatro series simultáneas de Star Trek a lo largo del año y que en España las íbamos a poder disfrutar casi silmultáneamente que en Estados Unidos? La única espinita que teníamos clavada eran los retrasos en la llegada del último título de la franquicia, Strange New Worlds, que llegaron a ser de casi un año, pero se debió a que la plataforma Skyshowtime se lo tomó con calma para venir a nuestro país. Al menos, nada más terminar la primera temporada nos hemos reenganchado a tiempo para el estreno de la segunda y ya estamos al día, con la temporada a punto de alcanzar su ecuador.

Strange New Worlds viene dispuesta a coger el timón y pasar a ser el nuevo buque insignia de la franquicia galáctica. Y lo hace con mucho respeto a la saga y retomando una buena parte de las tramas que la serie clásica de los años 60 nos contó en su día. Strange New Worlds es una puesta al día de la faceta más clásica de Star Trek y que llega con vocación de ser el punto de entrada a la saga de todas aquellas personas que querían asomarse a ella pero que no sabían por dónde hacerlo. Picard ha acabado este año con su tercera temporada, Discovery se dispone en unos meses a emitir su temporada final y Lower Decks, la versión animada creada por el autor de Rick & Morty es una delicia pero queda un poco coja para llevar el peso de la franquicia.

La nueva serie transcurre en los años en los que la nave Enterprise estaba comandada por el capitán Cristopher Pike con un jovencito Spock haciendo carrera en la Flota. Pike era el personaje que inicialmente debía haber protagonizado la seríe clásica, pero hubo un cambio al frente del reparto. Esta nueva versión del capitán Pike, intepretada por Anson Mount, nos fue presentada en la segunda temporada de Star Trek Discovery, en la que el personaje conocía que le esperaba un trágico destino. Con esa espada de Damocles sobre su cabeza arrancaba la nueva serie. Pike estaba totalmente alejado de la Flota sabiendo lo que le aguarda, pero la desaparición de su Número Uno (Rebecca Romjin) le obliga a salir de nuevo al espacio. Así nos hemos encontrado con esta nueva versión de la que ya conocíamos a Spock, (Ethan Peck, quien por cierto es el nieto del gran Gregory Peck) a quien ahora se le suman otros personajes de la serie clásica como Uhura y la enfermera Chapel. A diferencia del resto de las series de Star Trek que han ido naciendo en esta nueva era del streaming no teníamos esos arcos argumentales que se prolongaban durante toda la temporada. Volvemos a la fórmula de toda la vida de un episodio, una aventura nueva en un nuevo planeta; mientras que hay una serie de subtramas de todos los personajes principales y secundarios que van desarrollándose poco a poco.

La segunda temporada ha empezado por todo lo alto y de momento no ha bajado el listón. A lo largo de estos nuevos episodios, semana a semana estamos viendo razas y tramas que ya se nos planteaban en la serie clásica y que apenas fueron desarrolladas luego, más bien olvidadas, en los centenares de capítulos que se rodaron entre los 80 y los 90 con el renacer de la franquicia. Entre ellos, los gorn, esa temible raza con forma de lagartos, de quien uno de sus campeones tuvo un mítico enfrentamiento con el capitán Kirk en el episodio Arena. Hemos sabido algo más de Kahn, otro de los villanos clásicos inmortalizado en el cine por Ricardo Montaban, y las guerras eugenésicas. Conceptos y tramas que han hecho que nos olvidemos de otros más clásicos como los klingons o los romulanos, los eternos enemigos de la saga, para reencontrarnos con viejos personajes olvidados. Strange New Wolrds está plagada de homenajes a la serie clásica. Aunque no creo que veamos mucho por aquí al Universo Espejo, porque ya salieron demasiado en Discovery, dedicándoles prácticamente toda la primera temporada. El cruce más loco que vamos a ver esta temporada es con la serie animada, Lower Decks, donde los actores que ponen las voces a los personajes, asumirán ahora este rol en carne y hueso. La serie sabe reirse de sí misma cuando quiere.

El final de la primera temporada nos llevaba a otro de los episodios clásicos de la Star Trek de toda la vida, Balance de Terror que supuso la presentación oficial de los romulanos en el universo Star Trek. Venían a ser la versión malvada de los vulcanianos. El capítulo tenía un planteamiento muy parecido al de las batallas entre submarinos vistas en muchas películas bélicas. Ese esquema de película de submarinos ha servido de inspiración a otras grandes enfrentamientos espaciales de la saga. En la versión Strange New Worlds de esa mítica batalla, Pike conocía una realidad alternativa en la que había conseguido burlar a su trágico destino y seguía al frente de la Enterprise. Sólo para descubrir que para esa batalla era necesario que Kirk se encontrara al mando de la nave o habría nefastas consecuencias para la Historia.

Aun así, el episodio dejaba abierta la posibilidad de que pudiera haber un cambio en en el pasado (o futuro, o yo qué sé ya) y que el final de Pike no tuviera que ser el que parece tener predestinado. Pero ¿quién sabe? Hemos visto tantos cambios en la línea del tiempo a través que no sería de extrañar que Pike se rebelara y consiguiera abrirse su propio camino y no tener que estar a la sombra de Kirk. Entre la serie clásica, el reinicio que hizo de la saga en 2009 J. J. Abrams y esta nuevo spin off, hemos tenido tres versiones diferentes de la tripulación de la Enterprise de toda la vida. En otras franquicias esto es lo que les basta y les sobra para hacer sus propios multiversos. Pero sobre el concepto de multiversos, Star Trek les puede dar un bien repaso a todas. Larga vida y prosperidad.