Ala política municipal coruñesa le falta conversación y le sobra amnesia. Hay una caspa moral e inquina de poder, que se advierte en las exigencias de quienes han pasado del gobierno a la oposición y reclaman se solventen problemas que ellos mismos han creado. Favorece esta política de poqueros el hecho de que el Partido Popular no ha conseguido hacerse simpático, sintonizar ampliamente con el ciudadano. La democracia no se acaba en las urnas, ni puede socavarse con actitudes populistas, ni por la posmodernidad. Al Gobierno local le falta comunicación elaborada y le sobra ocultismo. Al buen hacer del portavoz Julio Flores, debiera acompañarle documentación de gabinete con dosis de hermenéutica informativa para el análisis. El ocultismo de las cuentas públicas favorece la corrupción. Nos estamos refiriendo a la necesaria divulgación de las facturas millonarias que se disponen abonar a empresas y proveedores. El detalle puntual e individualizado debe ser de conocimiento general. Servirá, seguramente, para valorar si hubo abuso clientelar en la adjudicación de los trabajos y encomiendas. Nada se sabe de la feria taurina, del calendario de rutas aéreas de Alvedro, ni del alcance de la campaña de promoción turística, amén de las promesas del alcalde sobre la cooficialidad toponímica, nudo gordiano del olvidable bipartito municipal. Para el Sr. Negreira, en la oposición, en sus cartas a su antecesor, en las sesiones plenarias, el asunto "era una cuestión de libertad". La influencia política de una ciudad está condicionada a la personalidad de alcalde de turno, cuyo prestigio no se asienta únicamente en la contabilidad y en ajustar las cuentas. Gobernar no es solamente representar y dirigir: es también preservar la identidad, respetar el espíritu ciudadano, integrarse en la sociedad, crear más espacios de libertad y reducir los escrúpulos de ambientes como el botellón, entre la felicidad y la diversión. Cuando la amnesia llega a las rectorías, la política se convierte en una pendiente por la que se despeñan la credibilidad y todas las facilidades del espíritu. Es decir, estamos en el "bla, bla, bla".

Otrosidigo

El apoyo del Partido Popular a la Fiesta nacional se ha vuelto a poner de manifiesto por formar desde hace siglos parte de la cultura española. ¿Cree el alcalde que Sintouradas se mueve por restricciones económicas? Don Indalecio Prieto, republicano, exiliado en Méjico, no faltaba a ninguna corrida de Manolete, hasta el punto que estableció con el diestro cordobés una estrecha amistad. Don Inda le pidió una foto al maestro de Córdoba, foto que le entregó con la siguiente dedicatoria: "De un español a un español, un fuerte abrazo".