Siempre me congratula y deja buen sabor de boca que la gente salga a la calle. Me congratula que la gente salga a la calle en A Coruña, en Madrid, en Barcelona... Días atrás han marchado para manifestar su radical desaprobación con la proliferación de las casas de juego. Porque de un tiempo a esta parte es especialmente llamativa la apertura sucesiva de centros y locales de apuestas. Se identifican en las esquinas, en las ciudades y en los pueblos, y me produce desazón ver a jóvenes sentados a sus puertas. Además es una realidad que no siempre se ve, pero que la publicidad televisiva nos recuerda. Hay muchos más consumidores online, bombardeados por la promoción de las apuestas durante la retransmisión de acontecimientos deportivos. Espero que esta significativa movilización no sea la última. Y que entre todos acabemos con esta publicidad, como antes se hizo con la del tabaco. No parece un reto imposible y sí una imperiosa necesidad social.