Tras 21 expediciones al Ártico centrando su trabajo de campo en Kalaallit Nunaat (Groenlandia) y siendo profesor y conferenciante de temas relacionados con este pueblo quiso volcar todos sus estudios en dos obras completamente complementarias. La primera, una introducción Los poetas del Ártico. Historias de Groenlandia, un estudio que nos hace darnos cuenta de que no somos los únicos habitantes del mundo que ven nuestros ojos. ¿Sabían ustedes que en 1818 una expedición británica comandada por el capitán John Ross y el teniente William Edward Parry que iba en busca del Paso del Noroeste contacta por primera vez con un grupo inuit del Norte de Groenlandia que había permanecido completamente aislado durante 400 años y casi dos siglos después nuestro autor viaja hasta está región remota en busca de los poetas del Ártico?

Francesc Bailón

Francesc Bailón Roberto Carlos Mirás

Y en un segundo trabajo se centra en esos hombres que le perseguían desde sus catorce años: Los inuit. Cazadores del Gran Norte, una obra que cuenta con un prólogo de Javier Cacho, científico y escritor, especialista en temas polares; según sus palabras, “nos hallamos ante un ensayo que con todo derecho puede considerarse el primer tratado escrito por un español sobre los inuit, en donde nos sorprende la adaptación de este pueblo a un medio tan carente de recursos en un entorno dominado por el hielo y la nieve donde el mundo vegetal apenas es capaz de hacer acto de presencia durante unos meses del año”. Cacho tiene en su haber obras que han marcado una época, como fue en su momento su Antártida. El Agujero de Ozono o su Amundsen-Scott: Duelo en la Antártida. La Carrera del polo Sur, entre otros trabajos... Pero Bailón suma junto con Cacho dos autores y viajeros enamorados de lo suyo. Francesc Bailón no utiliza el término “diferentes” sino que parece cambiarlo por el de seres humanos. Hasta la cineasta Isabel Coixet en Nadie quiere la noche (2015) contó con el asesoramiento de nuestro autor que nos dice: “Nos adentramos en una cultura que, en muchos aspectos ha permanecido inalterable a lo largo de los siglos y que ha seguido respetando su entorno natural como estrategia principal de subsistencia”. Quizás nos quedan muchas dudas y preguntas en el aire, pero sin querer nos deja caer: “¿Sabían ustedes que la supervivencia de esta cultura condiciona también la nuestra y que Groenlandia como país emergente, actualmente está en vías de conseguir su independencia de Dinamarca?”. Obras que van acompañadas de imágenes sacadas por su autor en donde hace suya esa máxima de “donde vayas haz lo que vieres” y no podemos olvidar las veces que Bailón ha tenido que dormir en aeropuertos por distintos cambios horarios o por que simplemente no pudo llegar a tiempo. Y los inuit creían que cada objeto o fenómeno —según sus palabras-— de la Naturaleza, animal, persona, o lugar tenía su anua o inua, un término que puede traducirse como señor, persona o espíritu. “Desde el siglo XVI buena parte de las gentes que vivían en las regiones árticas y subárticas del planeta eran conocidas en Europa como ‘esquimales’. No se sabe si este término originalmente significaba ‘los que comen carne cruda’ o bien ‘constructores de raquetas de nieve’. En todo caso, hoy se considera una denominación despectiva y se prefiere utilizar el término inuit que significa en lengua inuktitut personas o seres humanos”, añade. Y también ha podido documentar cómo estos pueblos han sido diezmados por las enfermedades europeas cuando a finales del siglo XV el hombre blanco empezó a frecuentar el Gran Norte en busca del mítico paso del Noroeste que debía de comunicar directamente Europa con Asia. ¿Somos todos seres humanos?