La Opinión de A Coruña

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Agustí Sala

Salarios de metal

La negociación colectiva avanza, pero solo en la industria, no en los servicios, donde se encuentra bloqueada. El preacuerdo alcanzado en el metal de Barcelona, Tarragona, Ourense o Ávila, que ha servido para desconvocar una huelga que había prevista, podría estar marcando el camino de futuros acuerdos, con pactos salariales con incrementos de entre el 12% o el 15% para los próximos tres o cuatro años, además de blindar gran parte de su poder adquisitivo. Los salarios en las fábricas mejoran y ganan solidez como el metal.

De todas formas, hasta septiembre, el aumento salarial general en convenio de casi 7,8 millones de trabajadores asciende al 2,61%, con una inflación que ronda los dos dígitos. El pacto de rentas que reclama el Gobierno se produce de facto en el lado de los salarios. De todas formas, aunque la tendencia es alcista, todavía está muy alejada del aumento del nivel general de precios. Y como consecuencia de ello, las remuneraciones de los asalariados pierden poder adquisitivo. De ahí que los sindicatos vayan blandiendo la amenaza de protestas y que reclamen un esfuerzo también por parte de las empresas.

“Señales de deterioro”

El Banco de España, en uno de sus boletines económicos, destacaba que “la información de la central de balances trimestral evidencia que, en los seis primeros meses de 2022, los excedentes empresariales crecieron con intensidad, de modo que los niveles de rentabilidad medios se situaron en valores cercanos a los de 2019”. Es verdad que esta evolución es desigual y “muestra señales de deterioro de la situación económica y financiera de algunas de las compañías más expuestas al repunte de los precios de la energía”. No en cambio en las cuentas de las energéticas y bancos, por ejemplo.

Seguramente habrá que esperar a que el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, revalide su cargo al frente de la gran patronal el 23 de noviembre. Y a partir de entonces habría que ponerse a trabajar de verdad para repartir de forma justa los costes de la crisis de inflación para que los salarios ganen solidez como el metal.

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