Opinión

Francisco Peña Científico, académico, experto en salud ambiental y salud pública

¿Cómo prevenir las patologías cardíacas?

Muchas de las enfermedades de la civilización actual (cardiovasculares, diversos tipos de cánceres, etc.), tienen que ver con estilos de vida inadecuados. Los peores enemigos del corazón son el tabaco, el alcohol, la obesidad, el estrés, la vida sedentaria, la hipertensión, la diabetes, etc. Si hay algo que nunca debemos dejar de hacer si queremos cuidar nuestra salud y especialmente nuestro corazón y mantenerlo fuerte y sano, es caminar todos los días entre 45’ y 1 hora, y si es posible, a buen ritmo, y llevar una dieta cardiosaludable.

Dieta cardiosaludable (se puede llegar a reducir hasta un 30% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en personas sanas, y en aquellas que ya han padecido un episodio cardiovacular, la reducción del riesgo asociada a una dieta saludable es todavía mayor), y nada mejor que la dieta mediterránea, que tiene su base en el consumo de aceite de oliva, frutas, frutos secos, alimentos integrales como la avena y la cebada, verduras, legumbres, pescados y el consumo de nutrientes cardioprotectores, como los ácidos grasos Omega 3 (EPA y DHA), que ayudan a mantener la salud del corazón. Hay que reducir la ingesta calórica, y sobre todo disminuir el consumo de grasas saturadas de origen animal (que son la piedra angular de las enfermedades cardiovasculares junto al colesterol), ya que aumentan considerablemente el colesterol (hay que controlar el LDL, colesterol malo y mantenerlo a raya). Es recomendable reducir la ingesta de sal (contribuye a aumentar la presión arterial), además de evitar el consumo de alimentos ultraprocesados (dulces, azúcares refinados, bollería industrial). Beber cantidad de agua (2 litros diarios), te ayudará a eliminar toxinas del organismo y a mejorar la circulación sanguínea. Es importante vigilar el sobrepeso: es imprescindible controlar el peso y medirse el perímetro de cintura con una cinta métrica, ya que es un indicador de riesgo cardiovascular (límite: 88 cm en las mujeres y 102 cm en los hombres).

Caminar regularmente y con cierta intensidad: estimula el metabolismo al quemar calorías y nos ayuda a perder peso; mejora la circulación sanguínea, reduce el colesterol y la presión arterial y disminuye el riesgo de accidente cerebrovascular; ayuda al sistema inmunológico a ser más eficiente hasta estimular el metabolismo y fortalecer las articulaciones; aumenta el nivel de endorfinas y disminuye significativamente el nivel de estrés; ayuda a mejorar la función pulmonar y a prevenir las enfermedades pulmonares; ayuda a reducir el nivel de glucosa en sangre y disminuir el riesgo de diabetes; ayuda a la función intestinal, a prevenir el estreñimiento y el cáncer de colon; ayuda a aliviar el dolor de espalda y los dolores en general, ayuda a fortalecer el sistema circulatorio 2º que trabaja para devolver la sangre al corazón y los pulmones, al fortalecer y preservar los músculos de las piernas, lo que aumenta el flujo sanguíneo saludable; ayuda a las personas que tienen varices a aliviar la hinchazón; mejora el estado de ánimo, disminuye el estrés y la ansiedad, reduce la depresión; ayuda a dormir mejor por la noche, ya que aumenta de forma natural los efectos de la melatonina (hormona del sueño). No se debe concentrar todo el ejercicio físico en el fin de semana, sobre todo si nuestro organismo no está preparado para ello, ya que la práctica deportiva exige entrenamiento, calentamiento y estiramientos al finalizar el ejercicio, para evitar lesiones.

Llevar un estilo de vida saludable supone incorporar a nuestra vida diaria dos hábitos fundamentales: dieta mediterránea saludable y sostenible, es la mejor manera de prevenir las patologías cardíacas.