Opinión
El pasado pesa, pero pasa
Todos los pueblos tienen un pasado del que, mirando desde los valores de hoy, tendrían grandes motivos para avergonzarse. El asunto está siempre en cómo hacer vida sin olvidar ni escatimar reparación a las víctimas y sin dedicarse a una persecución interminable de los victimadores. Un caso obsceno de olvido es el del país que hoy lidera la política, la economía y hasta los valores de la UE, Alemania. La fábrica de canallas (Chris Kraus, Ed. Salamandra) es una novela-historia (no una novela histórica) estremecedora y a la vez divertida, basada en hechos reales, que cuenta la reconversión y reinstalación nada menos que de la hez del nazismo. No es un ejemplo a imitar, ¡claro!, pero conviene no perder del todo de vista lo hecho por otros para convivir con su pasado y seguir. Hay que evitar autolesionarse al llevar la voluntad expiativa más allá de lo justo para reparar y sanear.
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